Letizia y Sofía no salen de su asombro. La longevidad y vitalidad de la reina Isabel II les llama mucho la atención. Cualquiera firmaría llegar a los 95 años con esa lucidez mental.
Pero lo que más ha sorprendido es una de las aficiones de la monarca británica. Los médicos consideran que llegados a una cierta edad es mejor aparcar algunos vicios poco aconsejables para la salud.
Los facultativos le han aconsejado a la reina que deje el alcohol, que únicamente se permita algún capricho en ocasiones especiales. Así lo confirma un allegado de la familia real la revista Vanity Fair.
Siempre se ha hablado mucho de la debilidad de Isabel II por el champán, el martini o la ginebra. Sin embargo, aseguran que lo único que tomaba al llegar la noche era una copa de martini seco.
Admiten que este consejo médico no supone ningún problema para ella al "no ser una gran bebedora". No obstante, no creen que sea justo que "en esta etapa de su vida tenga que renunciar a uno de los pocos placeres".
Ahora tendrá que conformarse con el té y el agua. Los profesionales que atienden a la reina quieren que esté en el mejor estado posible. Sobre todo que llegue en plenitud para junio del próximo año.
En esa fecha tendrán lugar un importante número de actos para conmemorar sus 70 años en el trono. Es lo que se conoce como el Jubileo de Platino.
A sus 95 años parece aferrada al cargo. Nunca ha tenido un problema grave de salud y todo apunta a que tenga cuerda para rato. Para llegar a esta edad y en estas condiciones también se ha cuidado mucho.
Sin lugar a dudas, supone un ejemplo para otras familias reales como la española. Tanto Letizia como Sofía también lucen una gran forma y siempre que pueden cuidan su dieta, tratando de mantenerse activas.
Hay que decir que Isabel II ha atravesado por una etapa complicada tras el fallecimiento de su marido, Felipe de Edimburgo. Tuvo que despedirlo el pasado abril a los 99 años. Le costó asimilar la perdida del hombre que le acompañó durante tantos años.
En las últimas semanas se le ha visto un poco más animada, con más energía. Retomó sus compromisos oficiales y eso le ha ayudado a reponerse del duro golpe. Hace unos días sorprendía a todo el mundo al acudir al servicio religioso en la Abadía de Westminster.
Lo hacía apoyada en un bastón. Fuentes de Buckingham reconocen que lo utilizó por "comodidad". Era la primera vez que se le veía en público con él y eso hizo que saltaran las alarmas en el país.
Pero parece que lo convertirá en su apoyo con más frecuencia. El jueves también lo empleo para presidir la apertura del parlamento de Gales. Con anterioridad solo se le había visto una vez con bastón y fue en 2003.
Fue durante una etapa en la que se estaba recuperando de una intervención quirúrgica en su rodilla derecha.
La reina Isabel y su relación con el alcohol
Ahora la reina se enfrenta a una nueva etapa en su vida. Tendrá que aparcar su pasión por el alcohol de manera indefinida. Rara vez se le veía beber en público, salvo en brindis en actos oficiales.
Siempre se ha dicho que además del martini, le atraía mucho un cóctel realizado con Dubonnet (aperitivo de vino y hierbas) y ginebra. Hace unos meses, el Palacio de Buckingham lanzó al mercado su propia marca de ginebra. También cuentan con unas viñas con las que elaboran un vino espumoso.
Su madre, que falleció a los 101 años en 2002, también consumía este tipo de bebidas. Uno de sus biógrafos destapó que comenzaba la jornada con una copa de Dubonnet y ginebra. La reina parecía dispuesta a seguir su ejemplo.