Miguel Marcos fue la persona que nunca se separó de Belén Esteban en los malos momentos. Durante su recuperación de la rotura de tibia y peroné, la colaboradora contó con el apoyo de su marido día tras día. Incluso afrontaron juntos los bajones que ella experimentó en las primeras semanas.
El pasado lunes se producía el regreso de la de Paracuellos a Sálvame. Ya han pasado más de cuatro meses desde que se produjera el fatídico accidente que la obligó a pasar por el quirófano. Se puso en las mejores manos, pero el proceso de recuperación está siendo excesivamente largo.
Pese a la recomendación de Miguel, la 'princesa del pueblo' decidió volver a trabajar antes de lo previsto. Hace unos días aseguraba que "tengo un alta por mejoría y puedo volver a trabajar, no tanto, pero necesito volver a mi vida normal".
Había mucha expectación por conocer su estado. En unos pocos días ha conseguido revolucionar el programa. No ha tenido inconveniente en hablar de su pasado con las adicciones, de su situación con Hacienda o de las crisis de los famosos.
Retorna con fuerza, con ganas de ponerse al día y disfrutar de su trabajo y los compañeros. También quiso hablar de los motivos que la habían empujado a regresar tan pronto. Con sus explicaciones volvía a dejar muy claro todo lo que siente por la cadena.
"Ayer, día 6, hizo cuatro meses desde que me operé tras romperme la pierna en el plató", empezó diciendo. "Hasta abril de 2023, mi traumatólogo no me va a dar el alta porque no tengo un esguince en la pierna. Tengo una pierna rota", apuntaba.
Acababa confesando que "mi psicóloga me ha mandado a trabajar". Tenía la oportunidad de alargar la baja, pero no era su intención. "Yo podría haberme quedado hasta abril, viéndolas venir, pero soy una tía responsable", subrayó Belén Esteban.
Miguel Marcos sabe que su esposa es muy agradecida y que haría todo lo que fuera necesario con tal de ayudar a Sálvame. Ella no se lo pensó dos veces cuando le dijeron de retomar la normalidad. "Aunque parezca que no, quiero a mi programa con todo lo que me hacéis", destacaba.
Todavía deberá aguardar unos siete meses por el alta definitiva. Pero en estos momentos, lo que más les interesaba era el cuidado de la salud mental. Venía de atravesar un pequeño bache del que ya está totalmente recuperada, como se pudo apreciar esta semana.
Aclaraba que "yo vengo porque quiero a mi programa y por mi cabeza. Porque os digo otra cosa, si yo llego a ser otra persona, me quedo en mi casa sin moverme", espetó la colaboradora.
Miguel Marcos, encantado con este paso
Miguel Marcos valora el gesto de la tertuliana. Entiende que resulta muy positivo para ella recuperar la rutina y salir de casa. Han sido meses especialmente complicados.
La de Paracuellos insistía en que "he optado por venir, para que luego me pongan musiquitas o me convoquen cada día a una hora diferente. Vengo tres horas antes; en su momento venía de 16:00 a 19:00, hoy de 17 a 20:00, otro día vendré de 18:00 a 22:00".
En tono de broma decía "qué no se puede tener vida". Recordaba que a diario acudía a rehabilitación dos horas y media. Después "vengo aquí a aguantar a Alberto y a David Valldeperas, yo les quiero, pero a veces les mataría".
La mujer de Miguel Marcos volvía a rescatar su mejor versión. Aunque se ayuda de una muleta para caminar, necesitaba volver a la televisión.