El objetivo de First Dates es que sus participantes encuentren el amor, pero no siempre pasa. Es más, hay ocasiones en las que viven citas aburridísimas e incluso encuentros que acaban siendo un desastre.
Pero anoche vimos algo inaudito. Lo que pasó es que dos personas acabaron su cena teniendo una bronca tan increíble como inesperada. De esta manera, sin quererlo, pasaron a la historia del programa de Cuatro.
First Dates presenta a Lucía y Jesús
Lucía, una profesora de inglés de 60 años y oriunda de Valencia, acudió al espacio de Mediaset dispuesta a hallar al amor de su vida. Se presentó como una mujer “moderna y poco convencional, porque no he seguido las normas. Nunca me he casado, no tengo hijos, me gusta salir de zona de confort y marcharme a la otra punta del mundo”.
“Viví en Etiopía dos años y allí trabajé dando clases a profesores. Fue mi primer destino internacional y, desde luego, fue una inexperiencia riquísima y muy interesante”.
Tras esta tarjeta de presentación, reveló a Carlos Sobera qué tipo de hombre estaba buscando. Sus palabras fueron exactamente: “Que sea de mi rollo, de mi cuerda. Yo vengo ilusionada y espero que él también”.
El programa determinó que iba a conocer a Jesús, un comercial jubilado de 66 años que procedía de Alicante. Un hombre que reconoció que llevaba “11 años sin ninguna pareja, pero tengo mucho amor por dar y mucho cariño por ofrecer”.
Nada más verse parecía que todo podía ir bien, pues no les faltó conversación. Incluso ella afirmó: “Tiene unos ojos bonitos y una mirada que me gusta”.
La cita de First Dates que estuvo llena de altibajos
La cena transcurrió con buen rollo, no se quedaron en silencio en ningún momento y hablaron de todo tipo de temas. Y tenían puntos en común, como ser ateos y de Podemos, que hacían creer que el amor podía surgir entre ellos. Más aún cuando el alicantino tuvo palabras elogiosas hacia su cita: “Es una mujer emprendedora y valiente y lo veo muy bien”.
Sin embargo, mientras más se iban conociendo, más diferencias aparecían también. El momento que marcó quizás un antes y un después en la velada fue cuando hablaron de la edad.
La valenciana reconoció que le gustan los hombres más jóvenes, pero que su partenaire parecía tener menos años y le agradaba. Él reconoció que siempre le echaban 55 años y le dijo a ella que en su caso aparentaba unos 57. Y esto la desagradó por completo: “Vamos, que parezco más mayor que tú”.
En este instante, la 'magia' que había aparecido entre ellos puntualmente desapareció por completo.
Y por si no nos había quedado claro escuchamos al comercial diciendo: “Me fijo mucho en el aspecto, la cara y me gustan guapas, y para mí no es guapa”.
Eso sí, él no se atrevió a decirle que no era su tipo. Incluso le mintió durante la cena al manifestar que sí le gustaría tener un segundo encuentro con ella. Se avecinaba tormenta.
Acaban su encuentro con una discusión
Llegó el momento de saber si querían seguir conociéndose. La profesora manifestó que sí lo deseaba porque “me ha parecido interesante y tiene cualidades que son afines a mí”.
Ella esperaba que Jesús también dijera que se darían una oportunidad, pero la sorpresa se produjo pues la rechazó. Las palabras del participante fueron estas: “Como no pareja no querría, porque solicité una mujer más joven que yo y lo eres, pero feeling no ha habido. Y encima está la distancia”.
La situación la enfadó mucho y se originó la discusión. Dijo ofendida: “No te vayas por las ramas, dime que no te gusto físicamente”. Y él expuso: “Físicamente no eres mi gusto”.
Ahí no quedó todo. La profesora le espetó: “Antes me habías dicho que habría segunda cita, entonces ¿para qué lo dices? ¿Para entretenernos? A lo mejor tú estás equivocado. A mí tampoco me has deslumbrado, pero como para mí el físico no es tan importante pues te he valorado como persona”.
“Tú eres bajito y me gustan los hombres más altos, pero tampoco te he rechazado por ser bajo o por ser más mayor que yo. He valorado otros aspectos y tú no, tú te has quedado solo con el físico. Entonces, esa es la diferencia que existe entre tú y yo”.
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El alicantino lo máximo que supo decir tras el 'chorreo' de su pareja esa noche fue “Pues sí”. Y este fue el punto y final de la discusión y de la velada, pues ni siquiera osaron despedirse. Se marcharon cada uno por su lado, sin mirarse a la cara y sin desearse buena nueva suerte en el amor.