Kiko Hernández es uno de los colaboradores más temidos deSálvame, pero muy pocos conocen su faceta más tierna.
Esa que solo saca con sus pequeñas, Abril y Ximena, que acaban de cumplir cinco añitos. Son pocas las ocasiones en las que Hernández expone a sus pequeñas, pero en esta ocasión lo ha hecho con un buen motivo.
Y es por la celebración de su cumpleaños. Así, el colaborador les ha dedicado la muestra más bonita de amor, compartiendo una tierna instantánea de su manita agarrada a la suya.
"Os quiero", ha escrito. "Los mejores años de toda mi vida y ya son cinco. Gracias por tanto", añadía.
De esa forma, ha dejado claro lo mucho que ha cambiado su vida desde que se convertía en papá, y lo mucho que disfruta ejerciendo ese papel.
Y es que Hernández siempre ha priorizado a sus niñas por encima de todo, y ahora pueden disfrutar como una feliz familia que además acaba de mudarse.
El tertuliano ha estrenado una impresionante casa donde ya ha podido celebrar una de las fechas más especiales para él y las pequeñas.
Un chalet de nada menos que dos millones y medio de euros, que tiene 700 metros cuadrados y 3.000 de parcela en total.
Además, el colaborador se ha rodeado de vecinos de la talla de Penélope Cruz, David Bisbal o su amiguísima Rocío Carrasco.
La odisea de Kiko Hernández para convertirse en padre
Kiko tomaba la decisión de convertirse en padre soltero mediante gestación subrogada en 2017, y hasta la fecha no se le conoce pareja alguna.
Además, tuvo que luchar mucho para finalmente cumplir su sueño de convertirse en padre, concretamente cuatro años. "Cuatro años de desvelos, de ilusiones frustradas, de idas y venidas, de invertir mucho dinero y también de recibir críticas porque no todos le creían".
"El que más he sufrido con esto he sido yo. Ha sido muy duro todo el proceso, con casi 40 años ver que mis ilusiones se truncaban", reconocía en su momento.
"En mi caso ha sido un proceso muy largo y tenía que haber esperado. Pero tenía tangas ganas e ilusiones, que no me pude aguantar".
Aunque tras la llegada de Abril y Ximena todo cobraba sentido. "Cada mirada, cada sonrisa, cada cosa nueva que voy descubriendo con ellas y ellas conmigo, es maravilloso. Sé que es lo más grande que he hecho y haré en mi vida".
Mila Ximénez, su gran amiga, estuvo presente en aquel momento tan especial. Algo que Hernández nunca olvidará, ya que eran inseparables y su muerte le dejaba un gran vacío.
Tanto es así, que incluso tomaba la decisión de tomarse un tiempo para descansar lejos de la televisión y los medios.
Y a pesar de que el tertuliano ha querido vivir la experiencia de la paternidad por su cuenta, él mismo reconocía que también necesitó ayuda.
"Reconozco que al principio quería hacerlo yo todo solo, pero era imposible. Tenía que volver a trabajar y necesitaba encontrar una persona de total confianza. Me costó mucho, pero las personas que me ayudan quieren a mis hijas como si fueran suyas".
Kiko ha dejado muy claro que no echa en falta para nada su vida anterior. "Mi vida seguro que era mucho mejor que la de mucha otra gente, pero nada que ver con la maravilla que tengo ahora", señalaba.
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"No echo de menos nada. Mi vida, comparada con la que tengo ahora, era una mierda. Ahora no es que la tenga llena, la tengo a rebosar. Antes no estaban ellas, ahora sí están".
"Mis hijas son lo primero y, mientras yo pueda, no les va a faltar de nada", dejaba muy claro.