Cuatro meses son los que ha estado José Fernando Ortega sin poder ver a su familia. El centro psiquiátrico donde permanece ingresado para lograr superar su problema con las adicciones, decidió cerrar sus puertas a personas ajenas a él el pasado mes de enero para evitar que los internos y trabajadores pudieran contagiarse de Covid-19.
Fue el día de navidad la última vez que José Ortega Cano pudo ver a su hijo y felicitarle las fiestas. A partir de entonces el contacto ha sido únicamente por videollamadas donde ha podido recibir noticias tanto de su padre y hermana como de su pareja, Michu, y su hija. Pero hace unos días, los abrazos pudieron sustituir a las pantallas y José Fernando recibió la primera visita.
Ortega Cano y Gloria Camila visitan a José Fernando
La condición de interno en el centro psiquiátrico San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid) ha hecho que José Fernando permanezca algo más alejado del huracán que ha provocado el testimonio de su hermana Rocío Carrasco, aunque fuentes cercanas aseguran que lo sigue con atención. Mientras que el resto de familia vive con prensa las 24 horas del día, el hijo de Ortega Cano puede respirar tranquilo.
A todo ello hay que añadir que la clínica decidió prohibir toda visita de familiares desde el pasado mes de enero para evitar contagios dentro de las instalaciones. Ahora, transcurridos 4 meses y después de que José Fernando haya sido vacunado (su situación así lo ha permitido), por fin ha podido recibir las primeras vistas tal y como publica la revista 'Hola'.
José Ortega Cano y Gloria Camila han sido los primeros en poder abrazar a José Fernando. El diestro y su hija se desplazaron hasta el centro después de que este haya relajado algunas medidas de protección y fueron los encargados de poner al joven al día sobre todo lo que está ocurriendo con el documental 'Rocío: Contar la verdad para seguir viva'.
Un encuentro en medio de la polémica
Una reunión familiar que se produce justo cuando Rocío Carrasco habló de cómo fue la adopción de sus hermanos. Según contó la propia Rocío, vivió ese momento con mucha alegría y fue gracias a ella por lo que la adopción pudo llevarse a cabo. «Yo estaba encantada con la llegada de los niños. Mi madre y José por la edad no podían adoptar si no tenían alguien que les respaldara, para que los niños no quedasen desatendidos, y esa persona era yo, y la que firma soy yo» explicó.
Esto ha sido lo único, por el momento, que Rocío Carrasco ha comentado sobre sus hermanos, pero suficiente para que Ortega Cano y Gloria Camila hagan piña y viajen hasta Ciempozuelos para saber cómo se encuentra José Fernando y, quizás, prepararle para lo que queda todavía por venir. Además el joven deberá acudir a los juzgados el próximo 19 de abril para declarar sobre la orden de alejamiento que Michu le interpuso hace años.
José Fernando y Gloria Camila serán los próximos protagonistas
Hasta el momento, el testimonio de Rocío Carrasco solo les ha rozado a Gloria Camila y José Fernando. A falta de 6 episodios para que complete la serie entera, la hija de Rocío Jurado todavía no ha profundizado en las causas que provocaron el distanciamiento con sus hermanos. Un distanciamiento que hace años confirmó la propia Gloria Camila: «¿Qué hermana? ¿Con la que llevo tres años sin hablar?» confesó.
Se rumoreó que todo ocurrió cuando Rocío Jurado murió y se descubrió que su hija, Rocío Carrasco, era la heredera universal. Algo que no sentó nada bien al resto de la familia que se quejó de la falta de equidad en el reparto. A partir de ahí, Rocío Carrasco se distanció de toda la familia incluidos sus hermanos, los cuales estaban bajo su tutela.