Isabel Preysler ya se prepara para la que podría ser la gran boda de 2023.
Todo apunta a que su hija Tamara dará el ansiado 'sí, quiero' a su novio. Al parecer, Íñigo Onieva le habría pedido matrimonio, y ella no se lo habría pensado dos veces.
Se lleva muchos meses especulando con esta posibilidad. La pareja cada vez aparece más unida y la marquesa de Griñón estaría encantada de pasar por el altar y formar una familia. Ellos, de momento, no han querido confirmarlo, pero tampoco han desmentido las informaciones que se vierten en los programas.
Sin embargo, a la Preysler no parece agradarle tanto dichas noticias. Mantiene una relación cordial con Íñigo, pero considera un tanto prematuro dar ese paso. Además, esta historia de amor siempre ha estado marcada por los continuos rumores de infidelidad.
La pareja lleva un par de años juntos, y siempre han demostrado que se compenetran a la perfección. El pasado domingo en Socialité desvelaron cómo él le pidió matrimonio.
Tamara le había solicitado que le regalara una manta para la moto. El diseñador de automóviles no se conformó solo con eso, también le entrego un anillo de pedida de mano. Toda una sorpresa para la hija de Isabel Preysler.
Aseguran que las dos familias habrían encajado de maravilla el enlace y estarían deseando que llegara el gran día. La fecha que suena con más fuerza para la boda es el verano de 2023. Eso sí, algunos periodistas no se muestran tan convencidos de que llegue a celebrarse.
Esta historia parece idílica de cara al exterior, pero no lo sería tanto. En distintas ocasiones se ha especulado con la posibilidad de que el chico le hubiera sido infiel a la hija de la socialité. Sin embargo, las aguas parece que se han calmado en los últimos tiempos.
Isabel Preysler se pronunció el año pasado sobre el posible enlace. Para sorpresa de los medios, la pareja de Mario Vargas Llosa no parecía estar de acuerdo con la boda. Aseguraba que "no le hace falta casarse".
Es posible que fuera partidaria de que se tomaran un tiempo y tuvieran las ideas más claras antes de darse el 'sí, quiero'. Sabe que se trata de una decisión muy complicada, en donde en ocasiones no siempre se acierta a la primera con la persona elegida. Por experiencia, podría darle unos cuantos consejos a su pequeña.
Aseguran que Íñigo habría hincado rodilla en El Rincón, el palacio del desaparecido Carlos Falcó. Allí pasó sus últimos días al lado de Esther Doña. El joven llevaría bastante tiempo pensándolo, pero ahora se ha decidido.
Es consciente de que le hace mucha ilusión a su chica, que siempre ha deseado casarse y formar una familia. Ahora, que ha encontrado a su príncipe azul, no lo ha dudado y está encantada con la opción de pasar por el altar ante la mirada de Isabel Preysler.
Isabel Preysler no cuenta con él
Isabel Preysler trata de ser muy cauta cuando se le pregunta por el novio de su hija. Admite que lo único que le preocupa es su felicidad. Ahora mismo la encuentra muy ilusionada.
Algunos medios, como Trendings, aseguran que Íñigo no sería precisamente el yerno favorito de la socialité. Su ojito derecho sería Fernando Verdasco, pareja de Ana Boyer. El diseñador de coches parece que todavía no se ha ganado el afecto de la filipina.
En 2020 ya dio a entender que no le hacía demasiada gracia el novio de su hija. Le preguntaron si se consideraba una buena suegra. "Yo no soy la que debería contestar eso", señaló.
Isabel Preysler continuó diciendo: "Preguntad a mis dos nueras y a mis dos yernos, a ver qué te dicen". En aquellas declaraciones se olvidaba de Íñigo. Toda una declaración de intenciones.