Jordi Rebellón, actor fallecido esta semana a causa de un ictus, a los 64 años, ganó mucho dinero a lo largo de su carrera profesional. Rebellón invirtió su capital con cabeza en empresas y propiedades que auparon aún más su economía, tal y como recoge Vanitatis en su web.
Jordi Rebellón pasó en Águilas su infancia y allí tenía a su nombre tres propiedades. Entre ellas está un dúplex de 119 metros cuadrados que compró en 2015. El patrimonio de Rebellón era más extenso: adquirió su casa de Madrid, en el barrio de Lavapiés, en 2003.
A su vez, el actor tuvo problemas con Hacienda y fue condenado a pagar 1,34 millones de euros a la Agencia Tributaria. Parece ser que el catalán facturó de forma irregular entre 2005 a 2007, años en los que trabajaba en Hospital Central. Debido a ello, parte de su piso de Madrid fue embargado.
En 2019, a pesar de recurrir, los jueces de la Audiencia Nacional verificaban que el actor facturaba su trabajo a través de una sociedad. Asimismo, se deducía gastos que no estaban relacionados con su actividad profesional.
Jordi Rebellón y su finca en el Montseny, la 'joya de la corona'
Jordi Rebellón tenía varias propiedades y la más especial de todas es una finca en el Montseny, cerca de Barcelona. Se compró, allá por 2013, una vivienda en un solar de 1600 metros cuadrados. “Mi casa de El Montseny, allí desconecto de todo y, cuando regreso a mi trabajo, me siento nuevo”, decía en una entrevista.
Las propiedades de Rebellón están a nombre de sus empresas porque prefería vivir solo “que mal acompañado”.
Jordi se divorció tras un matrimonio que duró tres años. Siempre centrado en su trabajo, Rebellón tuvo un patrimonio inmobiliario que manejaba a través de varias empresas.
Gestión Inmobiliaria Integrada Siglo XXI es la sociedad con la que controlaba sus propiedades. La fundó en 2013 y su sede se encuentra en su residencia madrileña.
Las otras empresas de Jordi Rebellón
Además, Rebellón tenía otras empresas. El fallecido intérprete era administrador único de Verolino Image AIE desde 2011. Hablamos de una sociedad sobre consultoría de gestión empresarial.
Su capital social era de 1,18 millones de euros, tras una ampliación en 2021. A su vez, Rebellón ocupaba el cargo de administrador único en Traspapelat SL, de la que era el único accionista.
La empresa se creó en el año 2005, se dedica a las artes escénicas y su sede se encuentra en la finca del Montseny. Pero, no presentaba cuentas desde hace siete años, cuando declaró un patrimonio de 1,37 millones de euros.
Por otro lado, en 2011 fundó otra empresa radicada en la actuación: Desarrollos Alquería 2011 SL, que versaba sobre “actividades de postproducción cinematográfica, de vídeo y de programas de televisión”.
“Con 18 años me iba a fichar la Gramanet, en Tercera División, pero les dije que jugaría los domingos, pero que no entrenaría, porque por las noches iba al teatro a ensayar. Y, evidentemente, me dijeron que no", decía.
"Empecé haciendo teatro a los 15, para mí era un veneno y luego trabajaba en un banco, que lo alternaba con el teatro amateur. Hasta que llegó un momento en el que decidí que quería intentar vivir de lo que me gustaba. A los 31 años rompí con todo, aunque no empecé a ganarme la vida como actor hasta los 41”, contaba.
Además, Jordi Rebellón sufrió un duro varapalo con la muerte de su madre el pasado marzo. Con una emotiva publicación, agradeció el trato que recibió su madre desde el centro médico donde vivió sus últimos días.
"El trato impecable de cariño, generosidad y profesionalidad en los últimos momentos de vida de nuestra madre Paquita. Gracias. Descanse en paz", escribía Jordi junto a una imagen de él y su madre.