Un ganador de Gran Hermano tiene claro que quiere ser alcalde de su ciudad. Y ya se ha puesto manos a la obra para poder presentarse a las elecciones de 2023. Se trata de Ismael Beiro.
Sabe cómo debe ser Cádiz en el futuro. "Tengo dibujado en casa cómo haría el casco antiguo completo, todo peatonal, soterrar el tráfico. Una obra brutal", cuenta en El Mundo.
Ismael Beiro es un gaditano preocupado por su entorno, pero sobre todo por los altos índices de desempleo. Explica que "cuando uno recorre mundo ves muchas ciudades que estaban muy marginadas y hoy son número uno a nivel turístico".
Cuenta que el turismo "son gasolineras, tiendas, alquiler de coches, restaurantes, hoteles... Es empleo", sostiene. Sin embargo, el ganador de Gran Hermano apunta que Cádiz "es una de las capitales con más paro del mundo".
Justifica esto "porque estamos de espaldas al mar". Para solventar este problema propone reformar la ciudad. "Necesitamos un Cádiz peatonal, con un tranvía, sostenible con vehículos eléctricos".
Es contrario a lo que muchos piensan sobre este posible cambio: "No va a perder encanto nunca mientras haya gaditanos viviendo allí". Ismael Beiro adelanta que ya se encuentra "en plena campaña", dispuesto a ser el próximo alcalde de la ciudad.
La larga carrera de Ismael Beiro más allá de Gran Hermano
Desde que salió de de Gran Hermano ha probado fortuna en distintas profesionales. Se le ha visto de tertuliano en la televisión, monologuista, escritor y de trader. Reconoce que no tiene tiempo para aburrirse.
"La gente ve series, yo no he visto una en mi vida. Tengo que elegir entre eso y leerme 20 libros sobre macroeconomía e inversores", cuenta. En cualquier caso, Ismael Beiro admite que "estaría mucho más a gusto con un sándwich de pollo y una cervecita, pero me pica la curiosidad".
Pese a ser el ganador del reality que consiguió la mayor cuota de audiencia, también fue "el más pobre de los ganadores". En la segunda edición el premio eran 300 000 euros. Señala que él se llevó 20 millones, de los cuales "Hacienda me quitó ocho".
En tono de broma asegura que está "pensando en pedirle a Mediaset con carácter retroactivo la diferencia". Además, "el pico más alto de la televisión lo tengo yo, con un 89,9%". Recuerda que gracias al concurso, Telecinco consiguió darle un vuelco a las audiencias.
En aquellos momentos "era la tercera opción", hasta que surgió Gran Hermano. A partir de ahí "nunca más se ha bajado del carro, siempre ha estado la primera", añade Ismael. El formato le ha funcionado de maravilla a la cadena, que lo ha repetido año tras año e incluso realizando versiones para famosos.
Echa la vista atrás y recuerda que durante su estancia en la casa pensaba que aquello debía "ser un fracaso, esto no lo ve nadie". Durante la final pensó que al día siguiente recalaría de nuevo en Cádiz y que pasaría prácticamente desapercibido entre la gente.
Nunca tuvo mucha confianza en el formato desde el primer momento. Asegura que "cuando despedíamos a alguien venía gente a la puerta" y creía que se trataban de extras puestos por la productora.
Define a la televisión como un producto muy cruel. "Metería a psicólogos para concienciar a la gente que entra en un programa de que al salir tendrá que volver a su trabajo", dijo.
El candidato a alcalde de Cádiz tiene una cosa muy clara. Cuando se entra en un reality hay que procurar "no hacer nada que pueda avergonzar a mi familia o a mí". Y pone como ejemplo "tener algún romance", algo que Ismael Beiro siempre evitó.