La música era la gran pasión de José María, y había conseguido cumplir su sueño de ser DJ. Pero a sus 41 años y después de pasar su juventud pinchando de discoteca en discoteca, había decidido empezar una vida nueva junto a su pareja en la Costa del Sol. Una ilusión que se truncó la madrugada del lunes, por un disparo al aire en una fiesta ilegal en Marbella.
José María se ganaba la vida en el ocio nocturno, un sector especialmente golpeado por la crisis del coronavirus. La falta de trabajo le había llevado a aceptar algunas ofertas para pinchar en fiestas privadas, en casas particulares o alquiladas, mientras buscaba un trabajo estable con el que seguir adelante.
El destino ha querido que una de esas fuera su última fiesta. La madrugada del domingo al lunes, una bala perdida le alcanzó por la espalda a la altura del cuello. La Policía Nacional investiga los hechos. Por ahora se sabe que hubo una discusión entre varias personas en la habitación contigua, que alguien disparó y que la bala rebotó en el techo atravesando una pared de pladur, hasta impactar en José María.
El discjockey era natural de Ferrol, La Coruña, pero vivía desde hace años en el sur y era un conocido en el ocio nocturno andaluz. De joven se fue a vivir a El Cuervo, una localidad sevillana en la que dio sus primeros pasos como DJ pinchando en locales. Su fama creció y empezó a pinchar en salas de renombre de Cádiz y Sevilla. Acabó siendo DJ residente en locales como Momart, en Cádiz, o El Cortijo, en Palmar de Vejer.
Durante sus mejores años compartió escenario con grandes de la música electrónica, como Carlos Jean, con quien coincidió en El Cortijo en verano de 2017. Además, compaginaba sus sesiones en discotecas con actuaciones en bodas. Trabajo no le faltaba. Era un DJ muy cotizado al que muchos recuerdan de su paso por las ferias.
José María tenía sus raíces en la Coruña pero hace unos veinte años se trasladó a El Cuervo. Entonces tenía unos 20 años y su acento le hacía diferenciarse del resto. Por eso le llamaban «el gallego». Muchos vecinos del lugar le recuerdan de pasear al perro, un galgo con el que solía salir a pesar muy a menudo.
Un chico sano y muy simpático
Cuando apareció la noticia, muchos asociaron el incidente a la mala vida de las noches de fiesta. Pero quienes le conocían bien dicen que José María era un chico sano y normal que no se metía en problemas, a pesar de llevar muchos años en el mundo de la noche. Dicen de él que era muy simpático, alguien amable que no merecía tan triste final.
La fiesta en la que murió iba a ser su último trabajo, una oferta que aceptó para ganarse la vida dada la difícil situación que atraviesa la economía. El sector del ocio nocturno ha sufrido un golpe severo con la pandemia, y se ha disparado la organización de fiestas ilegales que dan mucho dinero. Muchos trabajadores de la noche aceptan para seguir adelante.
En este caso se trataba de una fiesta organizada en un chalet de la urbanización marbellí Guadalmina. La noche anterior ya había tenido lugar otra fiesta en la misma casa, y los vecinos se quejaron del ruido. La propietaria, una mujer extranjera, alquila la casa como vivienda turística, pero asegura desconocer lo que se hace dentro.
A una hora indeterminada de la noche, José María cayó muerto por una bala perdida. Los servicios de emergencia recibieron el aviso sobre las 3 de la mañana. Cuando llegaron, el DJ ya estaba muerto y los asistentes habían desaparecido. Seguramente, el incidente se había producido antes y dejaron pasar un tiempo antes de avisar.
Un fan del DJ le describe así en redes sociales: «Amante de lo que hace, dedicado, bueno donde los haya, único quizás, pero donde va repite, porque gusta. Es ideal para donde lo necesites. Irrepetible, hay que verlo y escucharlo».
En busca de una nueva vida
Apenas unas horas antes de morir, José María había reaccionado con corazones a una publicación de su pareja. Ella se había trasladado a Málaga por trabajo, y él también se mudó a la provincia con ella. Los dos intentaban empezar una nueva vida en Torremolinos y estaban llenos de ilusión. Él llevaba meses buscando trabajo.
Por ahora, la policía sigue investigando pero no hay ningún detenido. Se está buscando a los organizadores de la fiesta y el arma homicida. Todo apunta a que hubo una refriega y que alguien sacó una arma y disparó, al menos en tres ocasiones. Una de ellas fue la que mató a DJ José María en la que fue su última sesión.