Año nuevo vida nueva, dicen; o en el caso de Ana Soria, ‘look’ nuevo. Esto es lo que habrá pensado la flamante novia del torero Enrique Ponce, que ha aprovechado estas fiestas de navidad para realizarse un corte de pelo que ha cambiado su imagen por completo, y que le ha puesto dicho sea de paso, algunos años encima. No sabemos si su intención era dar una imagen más adulta, acorde a su actual situación en la que comparte vida con un hombre casi 30 años mayor que él, pero lo cierto es que lo ha conseguido.
De la misma forma, Enrique Ponce ha realizado el camino inverso, mostrándose cada vez más juvenil en sus estilismos y en sus conductas, quitándose así años de encima; hasta se le ha podido ver muy bien integrado en la pandilla de Ana Soria, la denominada ‘chupipandi’, como uno más. Y es que las parejas que pasan tanto tiempo juntas y están tan enamoradas se mimetizan en sus costumbres y hasta en sus ‘looks’, así que no es de extrañar que Ana Soria haya optado por dar un giro radical a su característica imagen de larga melena rubia, realizándose un corte que además, ahora está muy de moda.
Para despedir el año la joven almeriense ha optado por romper la imagen de niña que tenía y mostrar un rostro mucho más maduro, cortándose la melena a la altura de los hombros, lo que se conoce como corte ‘bob’ y que actualmente arrasa entre las 'celebrities'. Un corte de pelo con el que ha presumido en redes sociales.
Abrazada a su nuevo perrito, ha mostrado también su nuevo corte de pelo, que parece ser que ha encantado al matador de toros, quien ha comentado la foto dedicándole su amor: «Te quiero mi vida».
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Y es que la pareja destila amor incondicional allí por donde pasan, y de momento ya comparten piso en Almería, un lujoso ático con vistas al mar, y mascota, un perrito llamado Ney, que han integrado recientemente en su familia. ¿Quizá el próximo paso para la pareja sea casarse? Pues todo depende de cómo se dirima el divorcio entre el torero y su exmujer, que de momento sigue parado.
El divorcio sigue sin firmarse
Mientras tanto, Su exmujer Paloma Cuevas sigue centrada en sus hijas y en su nueva vida, aunque recientemente estuvo en el centro de la noticia hace pocos días al atribuírsele un posible nuevo amor, que sería nada más y nada menos que el famoso traumatólogo que operó al rey emérito de la cadera hace unos años.
Además, algunos medios rumoreaban que Enrique quería volver a casa, algo que ella se encargó de desmentir en la revista ‘¡Hola!’, aplacando cualquier rumor que apunte a una posible reconciliación entre ambos, declarando que su decisión de separarse de Enrique es firme y que no estaba dispuesta a una reconciliación, simplemente estaba esperando a que el torero firmara los papeles del divorcio, cosa que aún no ha hecho.
El motivo de dicha negativa a firmar por parte del torero vendría propiciada por desacuerdos en el reparto de bienes y en la custodia de sus dos hijas que en teoría estarían a cargo de Paloma Cuevas. Un desacuerdo que parecía que no se daría, pues desde el principio del divorcio ambos se mostraron muy dispuestos a llegar a acuerdos e incluso decidieron compartir el mismo abogado, una actitud que ha quedado en agua de borrajas y que cambió al cabo de unos meses, cuando que Paloma decidió cambiar de letrado y dejar de compartirlo con el torero.
Ana Soria busca su sitio
Otro punto a tener en cuenta en la relación de Ana Soria y Enrique Ponce sería el punto débil de este, su hija mayor, que por lo que ha trascendido, no acabaría de aceptar a Ana Soria como su nueva pareja, por lo que se estaría haciendo complicado hacer planes con sus hijas y Ana Soria. Algo que Ana le molestaría mucho, pues quiere que el torero le dé su lugar. ¿Será por eso que ha optado por un cambio de ‘look’ tan radical? ¿Quiere cambiar su imagen de niña y demostrar que ahora es una mujer? Veremos cómo sigue avanzando esta relación.