La reina Letizia ha puesto punto y final a los actos oficiales que le llevaron hasta Mallorca. No obstante, decidió quedarse unos días más para disfrutar de la isla y de unos días de descanso. Durante estas jornadas sorprendió ver a la reina en compañía de su suegra con la que compartió confidencias.
Además, la familia al completo disfrutó de una agradable cena con la princesa Irene de Grecia. Una velada que se repitió el pasado domingo, pero en esta ocasión sin la compañía de la Felipe VI y la princesa Irene. Así las cosas, Letizia y sus dos hijas, compartieron cena con doña Sofía dejando en evidencia su excelente relación.
Letizia firma la paz con su suegra, la reina Sofía
Letizia y doña Sofía han sido las auténticas protagonistas de la visita de los monarcas a Mallorca. Parece que no hay rastro del distanciamiento que dejó en evidencia que la relación entre nuera y suegra no era del todo buena.
Muchos recordarán la Semana Santa de 2018 cuando ambas protagonizaron un desencuentro en la Catedral de Palma. Un cruce de miradas y gestos que evidenciaban la tensa relación familiar que se respiraba en Zarzuela.
Ahora, cuatro años después de aquello, parece que la relación entre la mujer y la madre de Felipe VI es mejor que nunca. Al menos es lo que se pudo ver tras la visita de los monarcas a Mallorca donde disfrutaron de unos días en familia.
Antes de que la Familia Real comience sus vacaciones íntimas, han decidido compartir momentos con la reina Sofía. Feliz y sonriente, se ha podido ver a la emérita junto a sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y su nuera.
Las cuatro decidieron pasar una noche de chicas cenando en un conocido restaurante de la isla y alargando la velada hasta las 12 de la noche. Después, un paseo por los puestos del paseo de Sagrera de Palma completó una noche cargada de confidencias.
Una estampa muy distinta a la que ofrecieron en 2019 tras el desencuentro en Semana Santa. En esa ocasión parecía que forzaron la situación y era evidente que todavía no habían limado asperezas. Ahora, Letizia sonríe mientras pasea del brazo de su suegra con la que parce ha llegado a un acuerdo de no agresión.
Letizia y el origen del distanciamiento
Letiza siempre se ha caracterizado por ser una mujer de carácter y con las ideas claras. Cuando empezó su romance con Felipe, la relación con su suegra era excelente. No así con Juan Carlos quien vio en su nuera el motivo de un cambio en la realeza que no le iba a gustar.
Doña Sofía se convirtió en la confidente y amiga de la mujer de su hijo y era habitual verlas disfrutando de su compañía. Letizia consideraba a su suegra como el ejemplo a seguir para ser buena reina y esta le enseñó el camino.
No obstante, los problemas de la Casa Real comenzaron a hacer mella en la relación. El caso Noós y la implicación de la infanta Cristina fue la antesala de lo que estaba por venir. Sofía se volcó en su hija mientras que la reina se negaba a coincidir con el matrimonio.
La emérita luchaba por mantener a la familia unida, pero los reyes se negaban en rotundo a posar públicamente con ellos. Tampoco ayudaron las polémicas de Juan Carlos I y las supuestas relaciones extramatrimoniales. Poco a poco el distanciamiento fue más que evidente tanto con la reina Sofía como con sus hijas, las infantas Elena y Cristina.
Ahora, parece que por fin han limado asperezas y han vuelto a mostrar su cariño en público. Puede que el exilio del emérito haya ayudado a la buena relación. Recordemos que su mujer se negó a verlo tras su regreso de Abu Dabi, algo que compartió con Letizia quien tampoco se reunió con su suegro.
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