Carlos Sobera, como presentador de First Dates, ha vivido todo tipo de situaciones en el programa de Cuatro. Así, se ha quedado estupefacto con quien contó que una novia le había dejado 93 veces. Y también con quienes acudieron buscando una 'trieja'.
Pero, por si fuera poco, anoche vivió otro momento inesperado y muy sorprendente. Resulta que una participante llamada Mari Carmen estuvo tonteando con él. Y seguro que esto no ha gustado a su mujer, Patricia, con la que se casó en 2015.
Carlos Sobera 'flirtea' con Mari Carmen en First Dates
Carlos recibió con su habitual cortesía a la citada mujer, una onubense de 57 años que trabaja como Relaciones Públicas. Lo que no se podía esperar es que, nada más entrar al restaurante, ella le 'tirara los tejos': “Estás estupendo, majo. Un chico así quería yo para mí”.
Acto seguido, le preguntó a él cómo estaba y este dijo: “Magnífico. Ahora que te veo estoy incluso mejor”.
De esta manera, el presentador intentó mostrarle cordialidad y cercanía, al tiempo que conseguir que dejara atrás los nervios. Y lo consiguió. Tanto es así que aquella, al preguntarle él sobre su prototipo de hombre, respondió: “Me gustan honestos, con la verdad por delante, yendo por derecho”.
“Y físicamente como tú, 'apañaillos', que no estás nada mal”.
Estas palabras hicieron reír a Carlos Sobera, que no pudo evitar tampoco poner una mirada interesante. Es más, añadió: “Me gusta esta definición que has dado”.
Sin embargo, en este punto fue cuando aquel decidió zanjar la situación para continuar adelante con la cita de la participante.
Mari y su cita en First Dates
Después de este 'tonteo', Mari contó que llegaba al programa en su mejor momento: “Desde hace tres años he vuelto a ser yo. Sí, con mi optimismo”. De la misma manera, se definió como “una mujer a la que le gusta vivir la vida, aunque he estado mucho tiempo sin disfrutarla”.
“He vivido una mentira durante 30 años. Me enteré de que mi marido me había sido infiel, unas veces durante ese tiempo y lo perdoné y otras después del proceso de divorcio. Después de este ha salido lo más grande”.
Asimismo, ha reconocido que todo este sufrimiento le hizo encerrarse en sí misma, “sin querer comer ni beber. Es que te parte, te abre en canal como a los cochinos cuando los rajan y les sacan la sangre para hacer las morcillas”.
En este momento fue cuando llegó su pareja para la cena: Manuel, un camionero jubilado de 59 años. Un hombre que lo primero que dijo fue esto: “Es una leyenda urbana el que los camioneros tenemos una mujer en cada puerto”.
Nada más verse, él manifestó: “Me han gustado sus ojos y su sonrisa”. Eso sí, ella al conocer que era camionero expuso: “Está la leyenda urbana de esta profesión y se sabe que es verdad”.
A pesar de este aspecto algo 'conflictivo' entre ellos se mostraron cercanos y sinceros durante la velada. De ahí que no dudaron en tocar todo tipo de temas como las anteriores relaciones que habían tenido o sus aficiones. Y esto les hizo encontrar diferencias: a ella le gusta el alcohol y la fiesta y a él ninguna de las dos cosas.
Precisamente esto último llevo a la onubense a decir: “Compatibles no somos nada, nada de nada. Somos como el agua y el aceite”.
Dadas las circunstancias, cuando llegó el momento de decidir si se daban una segunda oportunidad, Mari y Manuel lo tuvieron claro. Ambos dejaron claro que no se veían como pareja así que tendrán que seguir buscando el amor.