Rocío Carrasco en su documental 'Contar la verdad para seguir viva'

'Caprichosa y altanera', el retrato que hacían de Rocío Carrasco en su juventud

Raquel Mosquera contó como era su hijastra cuando la conoció a la tierna edad de quince años

La guerra está servida, y es que después de que Rocío Carrasco  hablase en su documental sobre la mujer de su padre, Raquel Mosquera, para desmentir todo lo que había dicho, y alegando que «ella para mí, no existe»,

-una decisión que tomaba a raíz de las diversas intervenciones televisivas en las que, según Rociíto, ha menoscabado su derecho a la intimidad durante años-, la peluquera no se ha quedado callada y ha asegurado que piensa responder en consecuencia.

Entre otras cosas, Carrasco quiso dejar muy claro que jamás le había quitado nada que le perteneciese a la viuda de su padre, como lleva denunciando la peluquera todos estos años, sino que tan solo le pidió un reloj Rolex por el gran valor sentimental que tenía. «Tenía la inscripción del día que se casaron mis padres», aseguraba. 

«Yo no le pedí nada. A mí quien me conoce sabe perfectamente como soy, que no soy interesada ni materialista. Yo, el reloj se lo pedí a Raquel, porque era el reloj que llevaba siempre mi padre». 

Por su parte, Mosquera ya había advertido que iba a tomar medidas legales contra su hijastra si esta decía algo malo en su contra, y es que la peluquera siempre ha denunciado públicamente que la relación entre Rocío y su padre, Pedro Carrasco, no era para nada tan idílica como pretendía hacer creer.

De hecho, llegaba a insinuar que Rociíto fue responsable de la muerte de su padre tras una grave discusión que ambos tuvieron, posicionándose todos estos años del lado de Antonio David.

Según la versión de la hija de 'la más grande', ella ya había solucionado las cosas con su padre antes de morir. Además, recalcaba que Pedro Carrasco incluso le había pedido perdón por la actitud que había tenido con Fidel Albiac, al que no dudo en culpar del accidente que la pareja tuvo y que casi les cuesta la vida.

Además, Rocío ha apuntado en su documental que no ha vuelto a tener contacto con Mosquera casi desde el funeral de su padre.

«A Raquel la vi en el tanatorio, en el entierro, luego hablé con ella en contadas ocasiones, y hasta ahí», señalaba Carrasco. «Para mí esta señora, señorita, no existe hace mucho tiempo», sentenciaba.

Aunque, las cosas no siempre fueron iguales, tal y como ha publicado en exclusiva la revista 'Semana', ya que han sacado a relucir unas declaraciones que hizo Raquel Mosquera sobre la hija de su marido cuando la conoció con quince años.

Y lo cierto es que con ello hace un retrato muy claro de la personalidad que tenía Rociíto en aquel entonces, a la que no duda en tachar de caprichosa y de salirse siempre con la suya, e incluso algo altanera.   

«La vi por primera vez en el piso de La Habana, donde me la presentó Pedro y preparé unos aperitivos sencillos para recibirla, algo con lo que estuvo guasendo con que si yo los había preparado o no. Al final nos fuimos a comer a un restaurante chino de Cuzco y rematamos la tarde con un paseo por la Esquina del Bernabeu, de tiendas... Pedro estaba orgulloso de sus dos niñas y feliz por lo bien que habíamos encajado», apuntaba la peluquera acerca de aquel primer día juntas.   

«Tuvo la mejor disposición hacia mí, la vi sencilla, espontánea, simpática y rápida en sus reacciones desde que me dijo: 'Por fin te conozco'. Me gustó mucho y fue una alegría poder decirle a su padre: '¡Qué maja es, cómo me ha caído de bien! Parece más mayor'. Él me avisó: 'Es más larga, las pilla al vuelo'».

Según apuntaba Raquel, «la Rocío que conocí a sus 14 años era una buena niña. Como tantos adolescentes, era caprichosa y casi siempre se salía con la suya. Era: quiero, tengo».

«Aunque su padre hablase muchísimo con ella intentado hacerle ver por qué no podían ser muchas cosas, él tampoco se negaba a antojos, como un anillo de tres aros con tres gemas... En todo caso, su padre no la consentía más de lo razonable, mientras que su madre le daba todo lo que ella quería. Así era».