Ayer, 13 de mayo, fallecía a los 27 años y debido a un cáncer Álex Lequio, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio. La muerte del joven ha conmocionado a todo el mundo y de modo especial a su familia que se encuentra consternada.
La alegría que irradiaba así como su positividad en todo momento cautivaron a todo aquel que tuvo la oportunidad de formar parte de su vida. Sin embargo, para los demás era un gran desconocido. Tanto es así que ahora, tras su marcha, se ha comenzado a descubrir desde su faceta emprendedora hasta que llegó a ser campeón de la Comunidad de Madrid de 'beatboxing', que es la capacidad para producir sonidos y ritmos musicales con la boca.
La música le fascinaba, tanto es así, que en 2012 sorprendió a todo el mundo lanzando en Youtube un rap titulado 'Es mi vida'. Una canción esa que quedó en una simple anécdota, pero hoy la letra de la misma cobra un significado muy especial. Y es que en ella viene a dejar patente cómo ha sido su vida, lo que le supuso ser hijo de personajes famosos.
El rap de Álex Lequio
En concreto, el single comienza diciendo: «Empezó un día 23, una noche de San Juan, llegó al mundo un chico al que nunca le faltaría el pan. Nada más nacer, una voz le susurró al oído: te dejo en sábanas de oro, con una condición, amigo: no serás nunca un chico normal, tenlo muy asumido, así que, por favor, ten en cuenta cómo juegas el partido. El chico miró al cielo y se mostró sorprendido 'Si no puedo ser yo mismo, ¿para qué cojones he venido?'».
En esa canción también viene a hacer mención a uno de los momentos que han pasado a los anales de la historia de la prensa rosa: cuando siendo un niño mordía los micrófonos de los periodistas o les lanzaba huevos. Y lo rememora rapeando: «Al principio solo eran risas, tirando huevos a los paparazzis en los parabrisas...Decían, '¡vaya chico más maleducado!'. Les pido perdón a todos los que se la he liado».
Uno de los fragmentos más duros de ese rap se produce cuando relata el sufrimiento que pasó por ser quién era: «Quería ser uno más, quería ser como el resto. Lo tenía todo y nada y decía 'Mamá, yo no quiero esto'. 'Pero, hijo, ¿qué dices? Ay, Dios, qué rarito eres...Lo tienes todo y aún así más quieres'. Pero al chico lo material no tenía valor, quería que la luz brillara por dentro y no a su alrededor».
El rechazo a ofertas 'jugosas' para conceder exclusivas en revistas o su empeño para luchar por sus sueños también tienen cabida en esta canción. Ella hoy cobra un especial significado por frases como esta: «Dejar las cosas a medio hacer, sorry, no me va. Por eso, nunca pararé hasta brillar como una luciérnaga».
No obstante, los versos más impactantes y que pueden incluso convertirse en inesperado epitafio son: «Es mi vida, es mi historia, es mi cuento, es mi tempestad diciendo este sentimiento. Mi pasado y, por ello, mi presente. Nunca caigo, lo intente quien lo intente».