Carles Francino en una entrega de premios

El calvario del periodista Carles Francino con el covid: 'Las he pasado canutas'

El locutor ha explicado lo mal que lo pasó en el hospital, llegando a sufrir un ictus

El covid ya ha demostrado que no hace distinciones a la hora de golpear con fuerza. Cualquiera, sea quien sea o tenga la edad que tenga, puede acabar enfermando de manera grave si se contagia. Es por eso, y viendo imágenes como las del pasado fin de semana, siguen siendo tan necesarios mensajes que demuestren que el virus todavía está entre nosotros y que sigue habiendo casos graves, sobre todo si vienen de personas conocidas. 

Uno de los últimos rostros mediáticos en explicar como ha sufrido el coronavirus ha sido el locutor de la cadena SER, Carles Francino. Este lunes, se reincorporaba para presentar y dirigir su programa, 'La Ventana', sin haberlo podido hacer durante 47 días. Y es que fue a finales de marzo cuando dio positivo por covid-19, y aunque se sabía que se había contagiado, hasta ahora no había relatado como pasó la enfermedad de una manera bastante grave. 

Él mismo ha explicado como al principio sintió enfado por haber contagiado: «Hace 47 días me dijeron que tenía que marcharme de la radio. Había tenido contacto estrecho con un positivo, y me fui a casa cabreado como una mona porque pensaba que era una medida muy exagerada y había tomado precauciones». 

Aunque él mismo relata que pronto dejaría de pensar así viendo que empeoraría en muy pocos días su salud. «A los 5 días de dar positivo tuve que ingresar de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con fiebre muy alta, el ánimo bastante bajito, y el oxígeno muy bajo también». 

La realidad es que hubo unos días donde realmente su estado fue realmente grave, aunque él no se diera ni cuenta. «Las pasé canutas en algún momento, sobre todo durante 48 horas. Eso lo supe después, que los indicadores eran bastante malos». Además explica como llegó a sufrir incluso un ictus «del que afortunadamente, toco madera, parece que no me ha quedado ninguna secuela». Pero si ha tenido otras consecuencias para su físico: «Perdí 6 ó 7 kilos, perdí mucha masa muscular, además perdí la voz. Me asusté, pero yo he salido».

Él no es la única persona de su entorno que ha sufrido el virus. Su mujer y sus hijos se contagiaron aunque con «menor virulencia». Peor suerte tuvo «el contacto estrecho, que es un familiar muy próximo, murió el 12 de abril» u otra persona próxima que todavía se recupera de un mes en la UCI. 

Cómo ve lo que ha pasado este fin de semana

Además, ha querido dejar varios mensajes viendo lo que ha pasado el último fin de semana. Primero, ha querido valorar una vez más el trabajo del personal sanitario. «¿Es posible que nos hayamos olvidado de los sanitarios? ¿Dónde han quedado aquellos aplausos?», explicaba diciendo que todos los homenajes se quedan «cortos». 

También mostraba su comprensión con ellos y con la indignación que deben sentir ahora mismo. «¿Cómo no van a cabrearse Laura o Alejandro, dos de los muchos enfermeros que me atendieron a mí, viendo lo que se ha visto este fin de semana? Que en la UCI del Clínico de Madrid se escuchase el ruido del botellón en la calle, no tiene nombre», seguía comentando. 

Sobre esto, afirmaba que cree que hay parte de la población a la que «las alusiones a muertos, a contagiados, a hospitalizados... como que ya sobran un poco. Molestan». Solo así ve posible que se den este tipo de comportamientos. «Solo quiero preguntarme dónde nos deja como país y como sociedad eso de 'ay, que no nos molesten'», concluía sobre este punto. 

Pero también ha querido dejar unas notas de positividad. Y es que ha querido como a él estos días le han llegado muchas muestras de cariño, «un cariño que, a mi familia y a mí sinceramente... nos ha desbordado en estas semanas tan complicadas», sentenciaba. Es por eso que cree que «deberíamos invertir más energía en las cosas importantes de la vida» y «no perder tiempo en peleas absurdas y otras gilipolleces»