Rocío Flores se convertía en la auténtica protagonista de 'Tierra de Nadie' por su enfrentamiento con el Maestro Joao. Las continuas críticas a Olga Moreno hicieron perder los papeles a la colaboradora que terminaba sacando su verdadero genio.
En más de una ocasión, la nieta de Rocío Jurado ha manifestado lo duro que le resulta defender a la mujer de su padre. La repercusión del documental ha llegado hasta Honduras y resulta complicado separar ambos formatos.
La diseñadora sufre las consecuencias de las declaraciones de Rocío Carrasco y repercuten de lleno en la defensa de la joven. «Se está juzgando a Olga por lo de fuera», decía molesta tras el enfrentamiento con el vidente.
Lo ocurrido en el plató ha sido analizado en 'El programa de Ana Rosa' donde la hija de Antonio David pedía perdón por las formas. Sin embargo, la presentadora le ha reprochado en directo su reacción excesiva.
Ana Rosa Quintana afea en directo la actitud de la nieta de Rocío Jurado
«Pido disculpas porque entré en la provocación, me equivoque, no fueron las maneras, me equivoqué y cuando me equivoco lo tengo que asumir», decía.
De esta manera la hija de Antonio David Flores entonaba el 'mea culpa' y admitía que su reacción había sido desmedida. Pero esto no ha sido suficiente para Ana Rosa Quintana. La presentadora tomaba las riendas y reprendía a la colaboradora.
«No puedes pretender que una persona no diga lo que quiera decir, sea del concurso o no», comenzaba diciendo. «Nadie es ajeno a lo que está ocurriendo fuera, incluso tú no eres ajena», opinaba Ana Rosa.
La presentadora tiene claro que, por mucho que la joven asegure que no escucha lo que sobre ella se dice, no puede estar al margen. «Si tú fueras ajena no te hubieras puesto como te has puesto», terminaba recriminándole.
En este sentido, desde el espacio matinal de Telecinco consideran que la colaboradora debe aprender a aceptar las opiniones de los demás.
«Eres muy inexperta»
Para intentar calmar los ánimos y evitar que Rocío se viera sobrepasada por la situación, Ana Rosa decidió echarle un cable. Considera que sus arrebatos se deben a su inexperiencia en televisión y que todavía le queda mucho que aprender.
«Todavía eres muy inexperta y entras al trapo que no debes entrar», le dijo. Además le aconsejó la mejor manera de hablar delante de las cámaras. «La tele es un medio de comunicación que lo ve mucha gente hay un lenguaje que no se puede utilizar», explicaba la presentadora.
De poco le ha servido a Ana Rosa el perdón de la colaboradora. La periodista todavía tenía mucho más que reprocharle. «No puedes censurar que nadie diga lo que le dé la gana, ¡hasta ahí podíamos llegar!», exclamaba.
Viéndose completamente abrumada por la regañina de la presentadora, la nieta de Rocío Jurado rompía a llorar. «Tienes toda la razón del mundo, simplemente me parece injusto, he entrado al trapo y no debía haberlo hecho», decía superada por la situación.
Fue entonces cuando la conductora del programa le dio un consejo sobre cómo actuar a partir de ahora. «Es tan fácil como decir 'me parece injusto que se la juzgue'», comenzaba diciendo. «Pero una cosa es que te parece injusto y otra cosa es que tú consientas o no consientas», sentenciaba.
La colaboradora intenta buscar una justificación a su comportamiento
Escuchaba con atención las palabras y consejos de Ana Rosa, pero Rocío seguía en sus trece. Intentó dar con algo que justificase su comportamiento y confesó que todo le estaba afectando a su vida privada.
«Al final una persona llega, hace su trabajo y se va a casa, pero la que lo pasa mal y la que ha quedado mal soy yo», explicaba. «Me parece injusto que se tengan que decir comentarios dañinos del calibre de que Olga solo ha hecho daño», reiteraba la colaboradora.
Minutos después claudicaba a las palabras de Ana Rosa y Joaquín Prat y les agradecía sus críticas. «Agradezco que al menos se me diga de esta manera», decía. No obstante, antes de dar por zanjado el tema, la hija de Antonio David volvía a la carga.
«Lo que no acepto es que pasemos de juzgar que una persona esté hablando de su vida a otros términos», añadía. «Simplemente porque me parece muy injusto», insistía una vez de manera rotunda.