Agustín Bravo, flamante concursante de Supervivientes 2021, ha ofrecido una entrevista en profundidad al diario ABC. En ella, el carismático presentador de los 90, que ha recuperado la fama tras participar en el reality de Telecinco, se abre en canal. Bravo ha compartido sus sensaciones tras estar inmerso en una experiencia que le ha cambiado la vida.
Sobre su situación económica, Bravo confiesa que "está más o menos arreglada. Tengo unas propiedades que adquirí en el 2000, aunque algunas ya las he vendido. Pero, es verdad que en este trabajo tampoco se puede ahorrar mucho", explica el comunicador a la periodista Beatriz Cortázar.
Agustín Bravo reconoce que "vive más al día"
"Hacienda siempre está ahí y las inversiones no siempre salen como uno espera. Vivo más al día y reconozco que tampoco he ganado tanto como para permitirme ciertas cosas y te diré que mi coche tiene 22 años. Con eso te demuestro que no soy ningún cabeza loca, sino muy fiel a mis cosas", desvela con sinceridad.
Acerca del terreno laboral, el exparticipante de Supervivientes 2021, lamenta que haya finalizado la emisión del programa donde trabajaba actualmente. Está pasando fue eliminado de la parrilla de Telemadrid y Bravo se siente mal por esa cancelación del programa sin previo aviso.
"Ha sido una temporada con muchas sorpresas y todo tiene algo de positivo. Antes de Telemadrid estuve en Supervivientes, un concurso que me rondaba en la cabeza desde hacía temporadas. Reconozco que es muy duro", ha confesado.
"Estar ahí es toda una experiencia y comprendes que los humanos vivimos con muchas más cosas de las que necesitamos. Ahí no había nada y hasta sonreíamos", ha dicho, recordando las penurias que pasó en los Cayos Cochinos durante más de un mes.
"Es triste, pero esta profesión es así y no la cambio por nada"
En cuanto a su participación en Supervivientes, Agustín Bravo reconoce que no era el prototipo de concursante, a priori. "Sabía que no era el perfil ideal del concurso. Pero, precisamente quería darle la vuelta a esa idea y demostrar que se puede hacer buena televisión empática".
"Es lo que llevo haciendo toda mi carrera, pero es una pena que en esta edición no he podido demostrarlo. Había nuevas normas y situaciones que no me esperaba e impedían precisamente demostrar esa empatía con el resto de compañeros", ha explicado.
"Te aseguro que podía haber dado mucho más de mí, pero ha sido positivo y lo más importante es que me llevo algo que precisamente buscaba. Y es haber logrado lo que en la profesión llamamos un pantallazo. Que se acuerden de ti porque en televisión si no sales no existes".
Sobre la profesión que eligió en su día, Bravo reconoce que es "ingrata. O puedes estar en tu mejor momento y con ganas que es como me siento ahora mismo y que nadie se acuerde de ti. Es triste, pero esta profesión es así y no la cambio por nada".
Además, cuando está fuera de los focos, el expresentador de Telecupón asegura que "sigo comunicando, estuve en COPE. He sustituido a Carlos Herrera los tres últimos veranos. Eso me puso en una posición muy visible, porque sustituir a un mito como Carlos es una maravilla".
Bien es cierto que, este verano, no ha podido estar en el programa de COPE. "No deja de ser una maravilla que quien me sustituya sea el hijo de Carlos y me alegro porque nos queremos hasta el punto de que le llamo sobrino y él a mí, tito. Lo está bordando y es que de tal palo tal astilla", ha valorado.