El verano es una época propicia para ir a la playa, visitar chiringuitos, pero también para realizar fiestas ilegales. Para evitar esto último, el Gobierno balear se ha propuesto actuar de manera tajante.
De momento ha contratado a varios espías que se harán pasar por turistas. Ellos se encargarán de entrar en esas celebraciones y de avisar a la policía cuando se traten de fiestas ilegales. No hay que olvidar que debido a las restricciones de la pandemia las grandes concentraciones sociales están prohibidas.
Las autoridades de la isla sostienen que esta figura desempeñará una labor importante para evitar estos encuentros. El primer concejo en tomar cartas en el asunto ha sido Ibiza. Ha contratado a jóvenes de entre 30 y 40 años, que recibirán un sueldo a cambio de colarse en estos eventos multitudinarios.
El buen tiempo anima tanto a residentes como a turistas a celebrar fiestas. Y ellos tratan de sortear las restricciones de todas las maneras posibles. Muchos han optado por trasladar estas actividades a viviendas en suelo rústico.
Sin embargo, los agentes no pueden acceder a este tipo de espacios por la inviolabilidad del domicilio. Por lo tanto, la función de estos infiltrados adquiere una mayor relevancia para la policía. Tendrán la misión de detectar las celebraciones que no cumplan con las medidas sanitarias oportunas.
Las fiestas ilegales no tienen freno en las casas
El presidente el Consell de Ibiza, Vicent Marí, solicitó al Gobern modificaciones legislativas para que los ayuntamientos puedan combatir las fiestas ilegales. Además, la situación se ha disparado considerablemente al estar cerrado el ocio nocturno.
Estiman que los botellones y encuentros sociales masivos tienen lugar en viviendas privadas en un 905 de los casos.
En principio, según desvelan algunos medios, las personas a infiltrar serían turistas extranjeros. Lo tendrían más sencillo para adentrarse en estos eventos.
Además de intentar que se cumplan las normas sanitarias, este tipo de controles también tendrían otro claro objetivo. Luchar contra la competencia desleal. Los organizadores de estas actividades llegan a cobrar entrada, por las bebidas consumidas e incluso por el desplazamiento a la finca.
La intención es que esta prueba se desarrolle a lo largo de este mes de agosto. En el caso de que se consigan buenos resultados no se descarta que se amplíe hasta el próximo año.
Las islas acogen todos los veranos a miles de jóvenes dispuestos a pasarlo bien, siendo Ibiza el lugar preferido por la mayoría. El calor, las playas y el ambiente invitan a disfrutar a lo grande de las fiestas. Sin embargo, este año no será posible.
Se ha reducido de manera considerable el turismo extranjero, que suponía un porcentaje muy alto de las visitas a Baleares. En cualquier caso, son muchos los nacionales que apuestan por Ibiza como destino para sus vacaciones.
Además, la mayoría de los que se decantan por este lugar suelen ser jóvenes de entre 25 y 40 años. Un grupo de población muy castigado en estos momentos por el coronavirus. La mayoría de ellos no han recibido la pauta completa y el riesgo de contagio se multiplica al no estar inmunizados.
Gran parte de los nuevos ingresos que reciben los hospitales son de personas que aún no han recibido ninguna dosis de la vacuna. De ahí que haya que extremar incluso un poco más las precauciones en un sitio como Baleares.
Desde el comienzo de la pandemia se notificaron 86 377 casos, con 874 fallecimientos. En estos momentos en los hospitales de las islas hay 353 personas ingresadas en planta y 75 en UCI. Ibiza cuenta con 82 y 9, respectivamente, en esta situación, por lo que no debería bajar la guardia.