El país sigue en vilo tras la desaparición de las pequeñas Anna y Olivia, el pasado 27 de abril.
Un hecho totalmente abrumador y que cumple ya 17 días desde que la madre de las niñas, Beatriz, no despierta con ellas. Semanas de tristeza, de agonía y de mucha incertidumbre, aunque la madre no pierde la esperanza en encontrar a sus dos hijas.
Días tan duros y plenos de dolor que le han llevado a repartir una gran cantidad de fotografías de las niñas repartidas en 300.000 cajeros automáticos de todo el mundo, pidiendo colaboración y ayuda ciudadana para que la gente pueda identificarlas.
Desde aquel 27 de abril y con la desaparición forzosa, tanto del progenitor como de las propias niñas, que incluía la amenaza por parte de Tomás Gimeno, a su ex mujer: «No volverás a verlas», ya nada es igual. Desde ese día comenzaban los intensos dispositivos de rastreo desde el aire, mar y tierra, y la orden internacional no tardaba en dictarse.
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Pasan los días, pero Beatriz lo tiene muy claro: «Un día más… Pero siento que pronto las veré. Cuando se desea algo tan fuerte, tan fuerte de corazón, y con el apoyo positivo de todos ustedes, la esperanza no se pierde. La ilusión de un deseo nunca debería de perderse hasta que se cumpla porque, precisamente, son los sueños los que nos empujan a seguir».
Mantiene la esperanza
Todo apunta a que se trata de un secuestro a manos del padre de las pequeñas y por ello continúan las búsquedas en todo el mapa tanto nacional como también internacional. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial del instituto armado, los agentes de Tenerife, criminalística, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), Salvamento Marítimo, y resto de integrantes trabajan incansablemente para encontrar a las pequeñas Anna y Olivia.
Por el momento la madre permanece arropada por sus familiares y su entorno más cercano. Joaquin Amills, presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, ha querido lanzar un mensaje a todo el mundo: «Seguiremos buscando hasta el final. Sin detenernos. Pensamos que las niñas están bien y no barajamos otra idea. Beatriz tiene esperanza y nos la transmite a todos. Pasan los días y el cansancio, el agotamiento, es normal, pero estamos convencidos de que las niñas van a regresar en cualquier momento. Cada mañana, lo primero que pensamos es que hoy será el día en que las niñas estarán con su madre».
Pese a los duros hechos y a una situación tan complicada, en referencia al papá de las menores de uno y seis años, también ha dicho que: «puede dar marcha atrás y todo volverá a ser como antes. Las niñas van a estar en su casa, con su mamá y él va a seguir siendo su papá. Tendrá sus visitas. Las niñas tendrán a su padre y a su madre, pero en una situación normal. No dudamos del amor que Tomás tiene a sus hijas».
Por ahora y tras 17 días de búsquedas, todas las hipótesis están abiertas. Un desenlace totalmente inesperado, ya que el progenitor había recogido a las pequeñas y la pauta de los padres es que las niñas regresarían a casa con la madre a las 21:00 h. Lo cierto es que no existía régimen ni sentencia judicial para las visitas de las menores, el común acuerdo entre los dos era más que suficiente.
Aquel martes a esa misma hora, Beatriz acudió a la casa de su ex marido para buscar a las pequeñas, pero no encontró respuesta, tan solo una llamada: «Discúlpame, he salido a cenar con ellas. Cuando acabemos te las acerco yo a tu casa». Todo parecía transcurrir con normalidad, pero una hora más tarde, a las 22.00, tras una nueva llamada a su ex marido, la respuesta saltó todas las alarmas: «No vas a volver a ver a las niñas jamás. Tampoco a mí. Yo me haré cargo de ellas para que estén bien cuidadas». Momentos después, Beatriz acudió a la Guardia Civil para informar de todos los hechos.