La investigación sobre la desaparición de Tomás Gimeno y las menores, Anna y Olivia, sigue abierta, aunque las posibilidades de encontrar nuevas pistas son ya mínimas.
Por su parte, Juan Machín, experto en actividades subacuáticas y sargento de la Guardia Civil considera que "si la hipótesis que mantiene la Guardia Civil sobre Tomás Gimeno es cierta, su cuerpo jamás será encontrado". Según este, el cuerpo se habría hundido tras asesinar a las menores.
Lo cierto es que todas las líneas sobre el asesinato de las niñas Anna y Olivia en Tenerife a manos de su padre, siguen abiertas. La realidad es que la Guardia Civil mantiene como principal hipótesis que Gimeno acabó con la vida de sus dos hijas y después se suicidó.
"La propia orografía del fondo marino ha provocado que el ROV se haya quedado enganchado en varias ocasiones en alguna roca. Unas de las veces tardaron más de una hora en recuperarlo con riesgo de perderlo definitivamente"
Todo apunta a que Tomás Gimeno pudo haber utilizado dos botellas de aire comprimido que le proporcionaron bajar con rapidez. Gracias a esto, no ascendería una vez se le acabara el oxígeno. También se habría ayudado por el lastre de un cinturón de plomos.
Una búsqueda "espectacular"
Ortega Machín, sargento de la Guardia Civil, ha insistido en que la actuación de los participantes de la búsqueda ha sido "espectacular”. Y es que, tanto a nivel material como personal, “ha sido una combinación bestial con la que han logrado un hito mundial que sienta un precedente en la investigación".
Pese a las dificultades que han tenido con los instrumentos del barco, la búsqueda no ha cesado.
Tal y como explica Machín, el robot ROV les ha dado varios sustos importantes: "A esa profundidad pudo notar la descompensación en los oídos, pero casi con seguridad no sufrió obnubilación a causa de la narcosis porque en caídas tan rápidas no da tiempo"
Muchas incógnitas sobre el paradero del padre de las niñas asesinadas
Desde el punto de vista del experto, es prácticamente imposible que el cuerpo del padre de las niñas de Tenerife aparezca "porque a la profundidad a la que supuestamente cayó las mareas no lo desplazan".
Además, teniendo en mente la principal hipótesis de la Guardia Civil, el progenitor se tiró con el cinturón de plomos y ayudado de las dos botellas de aire comprimido. Con ellas pudo bajar respirando a unos 40 o 50 metros.
Añadido a lo anterior, Machín, experto en actividades subacuáticas y sargento de la Guardia Civil, ha explicado que el cuerpo cae "a plomo" directamente al fondo del mar. De esta manera, si lo hizo en un fondo fangoso, posiblemente quedara cubierto de lodo.
Por otro lado, cabe destacar que a esas profundidades la temperatura del agua oscila entre los 2 y los 4 grados. Un hecho que hace que la descomposición del cuerpo se vea ciertamente retrasado, aunque no frenado por completo.
También se ha ocupado de añadir que "desde que un cuerpo muere comienza la acción bacteriológica que provoca gases, pero al estar a tanta profundidad, más de 1.000 metros, estos gases no se expanden porque están sometidos a gran presión, lo que provoca que el cuerpo no flote".
De esta forma no cree que exista ninguna posibilidad de que ese cuerpo aparezca en el futuro en ningún sitio. "Ni siquiera si el cuerpo se hubiera quedado flotando porque, en ese caso, ya tendría que haber aparecido y de no ser así, la fauna marina también ha hecho su trabajo y lo reduce a un esqueleto que se va al fondo y desde esa profundidad no subiría jamás".