La comunidad educativa asturiana está de luto: el conserje del instituto Monte Naranco en Oviedo falleció ayer en un trágico suceso. José Antonio Cuendias, de 61 años, quedó aplastado por el ascensor cuando intentaba recuperar unas llaves que se le habían caído por el hueco. De pronto, el aparato se puso en funcionamiento y prensó el cuerpo de la víctima.
José Antonio trabajaba en el IES Monte Naranco desde hacía 17 años. Todos le conocían como Toni, y era muy querido por sus compañeros, tanto profesores como alumnos. Su muerte, y la forma como se produjo, han dejado a todo el colegio en shock. «Hoy es un día triste para nuestro centro, de esos que nos gustaría borrar del calendario para siempre», dice el comunicado emitido por el centro. Le definen como «un magnífico compañero, siempre colaborador, comprometido y mano derecha de la dirección».
«Todos sus compañeros estamos consternados», sigue diciendo el comunicado, «al igual que el alumnado que tanto le apreciaba». La pérdida de Toni en tan terrible suceso ha dejado un hueco irrellenable en la comunidad educativa, que se despide de él con un mensaje muy emotivo: «Desde donde estés, sigue cuidando de nuestro centro como siempre lo has hecho. El IES Monte Naranco te recordará siempre».
También han querido recordarle los padres y madres del instituto, que reconocen estar «con un nudo en la garganta y el corazón encongido de pena». Desde la AMPA han recordado que siempre les recibía con una sonrisa, y que estaba dispuesto siempre a echar una mano en todo. Amigos, familiares y compañeros de Toni podrán despedirse de él hoy alas 5 de la tarde, en el funeral que tendrá lugar en el Tanatorio Los Arenales de Oviedo. Luego será enterrado en el cementerio parroquial de Las Estancas, localidad de donde era natural.
La policía ha abierto una investigación para esclarecer los hechos, aunque todo apunta a un descuido de la víctima. El suceso se produjo ayer a primera hora de la mañana, mientras los alumnos estaban en el aula. Al parecer, a José Antonio se le extraviaron unas llaves por el hueco del ascensor y bajó a por ellas, cuando el aparato empezó a bajar y aplastó su cuerpo matándole en el acto. El suceso horripilante dejó en shock a sus compañeros, que mantuvieron a los alumnos en clase para que no vieran nada, y luego desalojaron el centro.
Amante de la naturaleza, marido y padre
José Antonio Cuendias tenía 61 años, y nació en Balbona (Belmonte de Miranda), donde hoy sus vecinos le recuerdan con lágrimas en los ojos. Estaba casado con Celia y tenía una hija, Patricia. Desde el tanatorio transmiten el dolor que se ha vivido en las últimas horas por la muerte del conserje. En especial, su mujer y su hija, que están destrozadas.
En declaraciones a El Comercio, vecinos de Balbona destacan que era muy buena persona. Con especial cariño le recuerdan en el bar de Begega, donde solía acudir. José Antonio era cazador de la peña Campuleo, donde destacan que era «un deportista nato y un amante de la naturaleza». Le gustaba disfrutar de los paseos por el monte. Uno de sus amigos de toda la vida, Pablo Cueva, revela que el monte era su gran pasión. «Era un bromista, nunca negó una sonrisa a nadie», añade.
José Antonio empezó limpiando cunetas hace más de cuarenta años y luego pasó varios años trabajando en conserjerías. Hace 17 años entró en el IES Monte Naranco. Un ex alumno del centro, Viena Gil, le recuerda como alguien «muy amable con los estudiantes». Otro, Daniel Lumbreras, como «alguien muy jovial, que cuando le ibas a pedir unas fotocopias siempre te hacía alguna broma».