Saltaron los cinco, uno detrás del otro en intervalos de cinco minutos, desde el séptimo piso de la vivienda familiar. Esta es la teoría que manejan los investigadores sobre el macabro suceso ocurrido la semana pasada en Montreux (Suiza). La policía no duda en catalogarlo como “suicidio colectivo”.
Los cinco miembros de una misma familia se arrojaron al vacío, uno detrás del otro, con la clara intención de quitarse la vida. Cuatro de ellos murieron, mientras que el hijo del matrimonio, un chico de 15 años, sigue en estado grave. “Todas las víctimas saltaron del balcón una tras otra”, dice la policía.
El padre, la madre, su hermana gemela (tía de los niños) y una hija del matrimonio murieron al impactar contra el suelo. Un vecino que salía a pasear por la mañana descubrió el horror y avisó a los servicios de emergencia. La investigación ha sacado a la luz los motivos que se esconden tras el acontecimiento.
Aislados de la sociedad
La familia estaba encabezada por Eric David, de 40 años, y Nasrine Feraoun, de 41 años. El matrimonio tenía dos hijos, de 8 y 15 años, y vivían en Montreux con la hermana de la mujer, Najrisse. La familia, de origen francés y con un alto poder adquisitivo, estaba marcada por las extrañas creencias.
Según fuentes de la investigación, estaban obsesionados con las teorías de la conspiración sobre el Covid-19. Por eso se habían aislado de la sociedad en un lujoso apartamento de un complejo turístico en la ciudad suiza. Apartados de la sociedad, decidieron educar a sus hijos en casa y no vacunarlos.
La tragedia se desencadenó el pasado 24 de marzo cuando la policía acudió al inmueble con una orden judicial. Las autoridades se presentaron con la intención de detener al padre por su negativa a escolarizar a sus hijos. Al llamar a la puerta no obtuvieron respuesta, así que decidieron abandonar el lugar.
Apenas salían de casa
Poco después llegó la llamada del vecino que aseguraba haber visto cinco cuerpos tendidos en el asfalto. Los cinco miembros de la familia estaban tirados al pie del edificio, junto al famoso Casino de Montreux. Cuatro de ellos habían muerto, mientras que uno permanecía con un hilo de vida.
Según la investigación, los cinco miembros de la familia guardaron silencio cuando los agentes llamaron a la puerta. Esperaron a que se fueran, y al cabo de un rato cometieron el suicidio colectivo. Los suicidas se arrojaron al vacío uno por uno, con cinco minutos de diferencia entre uno y otro.
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Después han sabido que la familia tenía la despensa llena de alimentos de conserva, y que vivían en un régimen de autosuficiencia. El padre trabajaba desde casa, mientras que la madre no trabajaba y los niños no estaban escolarizados. Solo la tía trabajaba fuera de casa, por necesidad.
Temor a las autoridades
Fuentes policiales aseguran que la familia vivía presa de un miedo atroz a que los demás se metieran en su vida. Tenían especial temor a que las autoridades controlaran su modo de vivir y cambiaran sus reglas del juego. Los vecinos les describen como una familia tranquila pero muy reservada.
Desde hacía ya mucho tiempo, esta familia vivía obsesionada con la idea de un complot mundial para controlar a la sociedad. Se tragaban todas las teorías conspirativas acerca de la pandemia, y creían que era una estrategia de una élite para dominar el mundo. Por eso no llevaban a sus hijos a la escuela.
El diario francés Journal du Dimanche revela que las gemelas fallecidas eran nietas de un famoso novelista argelino. Se da la circunstancia de que este escritor, Mouloud Feraoun, también tuvo una muerte trágica. Murió asesinado en 1962 a manos de un grupo paramilitar francés de extrema derecha.