El caso de la desaparición de Madeleine McCann parece estar cada vez más cerca de resolverse. Las autoridades alemanas llevan dos años trabajando sobre la hipótesis del secuestro y asesinato de la menor cometido, presuntamente, a manos de Christian Brueckner.
El hombre de origen alemán, que cuenta con un amplio historial de agresiones sexuales, es el principal sospechoso de la desaparición de Madeleine hace ya 14 años en el Algarve portugués.
El fiscal principal del caso, Hans Christian Wolters, asegura que tiene bajo su poder pruebas de peso que lo señalan como culpable. Además, la policía alemana sigue trabajando en la búsqueda de nuevas pistas que sirvan para confirmar la hipótesis.
Sin embargo, hasta el momento, ninguna de esas pruebas se ha presentado públicamente ante el juez ni a los abogados del acusado.
Tampoco se ha interrogado a un pedófilo que, a día de hoy, está en prisión por abusar sexualmente de una turista norteamericana en Portugal de 72 años de edad. Un hecho que ocurrió en Praia da Luz en el año 2005, donde ha residido de forma intermitente entre 1995 y 2007, según las investigaciones.
Precisamente desde la cárcel, el principal sospechoso del caso ha roto su silencio después de dos años en el punto de mira de la policía alemana. Lo ha hecho para defender su inocencia y atacar a los fiscales del caso por, según él, «traer la vergüenza del poder judicial».
El sospechoso del caso Madeleine rompe su silencio para defender su inocencia
Desde hace casi dos años, la investigación por la desaparición de la pequeña británica en el año 2008 se ha centrado en Christian Brueckner.
Se trata de un hombre alemán de 44 años de edad que fue puesto en el punto de mira tras la declaración de un testigo. Según su testimonio, el acusado supuestamente habría alardeado públicamente de saber qué le sucedió a Madeleine mientras estaba borracho en un bar.
Desde ese momento, la policía emprendió una serie de investigaciones que muy pronto comenzaron a dar sus frutos.
No solo descubrieron que se trataba de un viejo conocido de la justicia alemana con antecedentes por agresiones, robos, tenencia de drogas, delitos sexuales y abusos a menores.
También confirmaron, a través del seguimiento de sus llamadas telefónicas, que el día de la desaparición de la pequeña se encontraba a pocos metros del apartamento vacacional de la familia McCann.
Pese a todas las pruebas que las autoridades han asegurado tener bajo su poder, Christian Brueckner no ha dudado en romper su silencio para defender su inocencia.
«Acusar a alguien es una cosa, pero lo que se ha hecho conmigo es un escándalo increíble. El fiscal ha puesto en marcha una campaña pública contra mí llena de prejuicios sin que se haya producido un juicio», advierte el sospechoso en su misiva.
Christian Brueckner exige la dimisión de los fiscales que llevan el caso Madeleine
A través de una carta manuscrita dirigida al diario alemán 'Bild', el delincuente ha mostrado su indignación por las acusaciones que se han vertido sobre su persona.
Según él, todo forma parte de una campaña pública de desprestigio basada en sus antecedentes criminales. Unas acusaciones que, considera, burlan la libertad de expresión y vulneran su derecho a la presunción de inocencia.
«La libertad de expresión no es un derecho básico para que todos puedan decir y escribir lo que quieran. La libertad de expresión no protege a todos. Protege a una minoría. No protege los puntos de vista más lógicos, convincentes o populares, sino más bien la posición de los demás», señala en su manuscrito.
Fechado a primeros de mayo, el presunto asesino de Madeleine McCann ha aprovechado su comunicado para pedir la dimisión de los fiscales del caso. Los acusa de no ser merecedores de su cargo y de manchar la imagen del poder judicial.
«Pido a los fiscales de Brunswick (Hans Christian) Wolters y (Ute) Lindemann que renuncien a sus cargos. Ambos están demostrando al utilizar una condena arbitraria del pasado para hacer una campaña escandalosa contra mi inocencia. No son aptos para un cargo como abogados del pueblo alemán, que es honesto y confiado, y ustedes traen la vergüenza al poder judicial», añade en la carta.
Para mostrar su completa indignación con los fiscales, Christian Brueckner ha acompañado la carta con una viñeta supuestamente realizada por él.
En ella aparecen dibujados los dos fiscales del caso pidiendo en un restaurante un «filete forense», haciendo alusión a la supuesta falta de pruebas forenses.