Sara tiene 39 años y el pasado jueves 2 de diciembre entró en el quirófano para realizarse una operación estética. El médico que le practicó la lipoescultura, un cirujano de la Clínica Virgen de la Caridad de Cartagena (Murcia), es su amigo. Pero algo salió mal, y desde entonces Sara está entre la vida y la muerte.
La familia de Sara asegura que le hicieron un destrozo y ha contratado los servicios de un abogado. “Tiene los órganos perforados y destrozados”, afirma su hermana Nora, quien también confirma que emprenderán acciones legales. Su intención es retirar la licencia al cirujano para que no pueda ejercer más.
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El médico en cuestión ha roto su silencio y asegura que la víctima, que también es su amiga, conocía los riesgos. “Nos conocemos desde hace años, ella conoce mi trayectoria y me pidió que fuera yo quien la operara”, apunta. El facultativo defiende su actuación y lanza un deseo: “Sólo quiero que se recupere”.
Una tragedia entre amigos
El médico, del que no ha trascendido su identidad, asegura que la medicina ha sido su gran pasión desde pequeño. Por eso se ha formado “en diferentes áreas, para poder ofrecer un mejor servicio a los pacientes”. Ahora desarrolla su labor en varias clínicas como cirujano cardiovascular y experto en medicina y cirugía estética.
Empezó a ejercer la medicina en 2013, en centros públicos como el Hospital Virgen de la Arrixaca, el Morales Messeguer o el General de Torrevieja. En ese sentido, destaca haber participado en múltiples trasplantes de corazón y operaciones a vida o muerte: “Junto al equipo que me acompañaba hemos podido salvar muchas vidas”.
Luego se pasó a la privada, donde ha tenido lugar el lamentable incidente con su amiga. La paciente, Sara, es una agente inmobiliaria de 39 años y vecina de Alcantarilla. Contrató una lipoescultura en una prestigiosa clínica murciana, que se presenta como referente en cirugía plástica y medicina estética a nivel internacional.
'27 perforaciones'
Una lipoescultura es una extracción de grasa del abdomen mediante una cánula. Se hace con anestesia general, y aunque conlleva un riesgo como toda operación, no suele presentar complicaciones. En el caso de Sara, sin embargo, la cosa ha acabado mal.
Sara, madre de dos hijos, se encuentra en situación crítica en la UCI del Hospital Santa Lucía de Cartagena. Según la información facilitada por su hermana Nora, presenta 27 perforaciones en intestino, colón, hígado y riñones. “Está luchando, enganchada a la máquina”, afirma con mucho pesar.
Por su lado, la Inspección de los Servicios Sanitarios ha abierto una investigación para esclarecer la verdad de este caso. El doctor, chileno de padres español, asegura ser licenciado en Medicina por la Universidad de Murcia y tener un título homologado. “Además, hice la especialidad en el Virgen de la Arrixaca”, añade.
La versión del médico
Sobre el desgraciado caso de Sara, explica lo siguiente: “En ningún momento he faltado a mi labor como profesional, creo que ahora es el momento de apoyar a Sara y luchar para que salga adelante”. El facultativo asegura que la víctima conocía los riesgos, y aceptó.
Según explica, la operación de Sara acabó “con el resultado estético esperado, pero cierta inestabilidad en el posoperatorio”. Al ver que no reaccionaba a los tratamientos, “decidí trasladarla a un hospital con los servicios de cuidados intensivos”. Asegura que estuvo allí acompañando a Sara y cogiéndole la mano.
Reitera una y otra vez que Sara es su amiga y que todo fue un desafortunado incidente. Pero el caso se ha difundido y ha generado una oleada de indignación que le médico considera un linchamiento público. Sin ir más lejos, el pasado viernes la clínica amaneció con una pintada: “Carniceros”.
No hay ningún procedimiento contra él
El médico hace un alegato final: “Como médico realizo mi trabajo de la mejor manera, evitando cualquier complicación para mis pacientes y siguiendo los protocolos, pero la cirugía no es una ciencia exacta y pueden intervenir muchos factores”. Lamenta que se estén diciendo “muchas mentiras” y anuncia que tomará medidas.
“He pasado noches en vela por Sara, por su familia y sus hijos”, asegura, “y el linchamiento mediático me está causando inestabilidad emocional y daño a mi honor e imagen”. Ahora se puede enfrentar a un delito de homicidio por imprudencia, y ha contratado los servicios de un abogado. Pero de momento, no hay ningún procedimiento abierto contra él.
La versión de la familia
La versión del cirujano contrasta con la de la familia de Sara, que acusan al médico de negligencia. Ella es una mujer muy activa que suele ir al gimnasio, a la playa, a viajar, hacer senderismo, actos sociales. Por eso es muy conocida, y el caso ha generado una enorme reacción, con concentraciones incluidas.
Según su hermana Nora, “iba a quitarse entre 500 y 600 gramos de grasa, el plan era entrar al quirófano a las ocho de la mañana y salir por su propio pie el mismo día a la una del mediodía”. Dice también que “Sara estaba muy convencida de la intervención porque el médico le dijo que todo saldría bien”.
Ve muy raro que “es una operación muy cara, que suele costar unos 15.000 euros, y a mi hermana le costó 5.700”. También critica que no disuadiera de entrar en el quirófano, ya que “ella no tenía grasa abdominal”. Esto, dice, va contra el código ético de la Medicina Estética, cuyo objetivo es prevenir, mejorar y tratar.
Sus dos hijos están con ella
Ahora, toda la familia de Sara sigue pendiente de su evolución en la UCI del hospital. Sobre todo sus dos hijos: Izan, de 10 años, y Sara, de 18. “Sara hablaba muy flojito y solo me decía una cosa, de esta no salgo, de esta no salgo, he escuchado que me han perforado y he visto sangre”, explica Nora.
Según cuenta, “la han intubado y está enganchada a una máquina porque ha sufrido un fallo multiorgánico”. Además, le tuvieron que poner seis bolsas de sangre y la operaron de urgencia. Para ella, no hay duda: “Le preguntamos a los médicos como era posible, y no daban crédito, no saben qué decir”.