La crisis económica provocada por la pandemia ha puesto patas arriba el país y amenaza con dar lugar a importantes cambios a largo plazo. Hay cosas que no volverán a ser como antes. El prestigioso economista Santiago Niño-Becerra ha señalado una de las cosas que está a punto de desaparecer en España.
En una entrevista en TV3, el profesor ha señalado que España tiene un modelo productivo agotado, una tasa de paro disparada y el sistema de pensiones roto, y que la crisis tendrá como consecuencia que se deje de pensar en términos de Estado.
En su opinión en el futuro se empezará a hablar de zonas, de áreas con posibilidades de salir adelante y otras que no, como ya está pasando con la teoría de la Europa de varias velocidades. Cree que en España hay empresas punteras en el mundo, pero que están en unas zonas y no en otros, y eso aumentará la desigualdad entre áreas.
Santiago Niño-Becerra ha analizado la situación crítica en la que se encuentra España y para ellos ha tomado como referencia el dato del PIB en 2019, del 2%, y el hundimiento del 11% este año. Aunque el indicador se podría recuperar hasta el 6,8%, las cuentas públicas y la deuda se hunden a niveles similares y ya no se volverán a levantar.
Estos datos llevan al profesor a pronosticar que «2021 será incluso peor que 2020», quizás no a nivel macroeconómico pero si micro. Su sensación se basa en «la percepción en la calle» ya que «cuando los empresarios no puedan devolver las deudas, cuando los ERTE se conviertan en ERE, se creará una dinámica a nivel de los ciudadanos que será muy mala».
Cambiar el modelo productivo
El profesor ve a venir que el año que viene los políticos dirán que las cifras de 2021 están mejorando respecto a las de 2020, «lo cual es verdad, pero yo creo que no se tiene que tomar como referencia 2020 sino 2019». Por eso cree que aunque las cifras muestren una mejoría, la situación de España va de mal en peor.
«El problema que tiene el país es de productividad», señala. «En Alemania se dan muchas más ayudas a las pymes y a los autónomos, pero es porque la productividad es mucho más elevada y el país es más rico que España», explica el profesor. En su opinión, en países de Europa la industria tiene mucho más peso y eso lleva a un modelo productivo superior.
Al depender del sector de los servicios, los más afectados por las restricciones, España ha sufrido aún más los efectos de la crisis. En ese sentido, critica que el Gobierno cierre sectores como la restauración sin un apoyo detrás: «cerrar sin ayudas es la miseria».
El profesor coincide con la idea de que España lidera la recesión en Europa. «La suma del turismo, restauración, hostelería, ocio y transporte, son el 30% del PIB de España», explica, y puesto que «son actividades intensivas que necesitan movimiento», cuando esto no pasa se hunden y se llevan por delante a la economía del país.
Cambiar ese modelo productivo es una cuestión de tiempo, advierte el profesor, «pero también de voluntad y de inversión». Dar un vuelco al sistema que se ha consolidado en España durante décadas «es estos momento es imposible», según su opinión, «porque estamos hablando de cincuenta años».
Adiós al sistema de pensiones
La recuperación de la crisis será lenta y para poner un ejemplo, el profesor cita a Ryanair y su previsión de volver a la normalidad en 2024. A partir de ahí, se pregunta si los empresarios del sector turísticos podrán aguantar tres años más de crisis. «Hay empresas muy grandes, pero también pequeñas y medianas empresas que no podrán aguantar», cree.
Una de las consecuencias es la gran tasa de paro, que también achaca a la temporalidad. «El contrato temporal es ideal para el modelo económico español, que es muy estacional», explica el profesor, pero la coyuntura exige un cambio de modelo productivo «que es muy difícil debido a la temporalidad de la economía española».
Uno de los problemas es que las pensiones son el 20% más que el salario medio de los jóvenes. Según Niño-Becerra, el problema no es a largo plazo sino que ya está aquí. Recuerda que la Seguridad cerró el año pasado con un déficit de 16.000 millones de euros, y explica que «el problema de las pensiones es muy simple, y es que se hicieron una serie de supuestos que ahora no se están dando, como la plena ocupación».