La situación en la que encontraron a toda una familia, que vivía en la localidad malagueña de Marbella, los agentes que atendieron su caso era totalmente lamentable. Y es que tanto los progenitores como sus ocho hijos estaban rodeados de unas condiciones infrahumanas, entre basura y con nada parecido a que se pueda parecer a un techo.
La intervención la llevo a cabo la Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía en Málaga el pasado jueves, según explicaba el diario 'La Vanguardia'. Según este medio, los agentes tuvieron que desplazarse al lugar donde vivía la familia y se llevaron con ellos a los ocho hermanos, todos menores de edad, el mayor de ellos de 17 años y el más pequeño que contaba con apenas 3 meses.
El Cuerpo Nacional de Policía tuvo que actuar ante las denuncias que se habían recibido por las pésimas condiciones en que se encontraba el lugar donde vivían los menores y sus padres. La familia, todos de origen alemán se habían instalado en la zona de las Además, como decíamos, en la localidad malagueña de Marbella.
Pero el lugar donde se encontraban se podía definir de cualquier manera menos como un lugar habitable. Los padres y sus ocho hijos dormían repartidos entre diversas tiendas de campaña y una furgoneta, que era lo único que les resguardaba del frío y de las posibles malas condiciones meteorológicas. Además, ninguno de los menores estaba escolarizado, incumpliendo uno de sus derechos básicos. La propia Policía Nacional no tiene reparo en calificar las condiciones en la que vivían como «unas circunstancias calamitosas».
La Junta de Andalucía confirmaba en un comunicado más detalles del pésimo entorno en el que se encontraban los 8 hermanos y sus padres. No solo no vivían bajo un techo sólido o en condiciones habitables sino que tampoco, como es lógico, no contaban con agua corriente para poder asearse o beber.
El lugar donde habían establecido su especie de campamento estaba rodeado de basura y las ratas campaban a sus anchas. No tenían las mínimas condiciones de higiene, según se explica en el comunicado, y su alimentación dependía totalmente de lo que les traía la Cruz Roja.
El caso se puso rápidamente en conocimiento del Servicio de Protección de Menores que fue quién activo rápidamente los protocolos para proteger a los menores declarando en desamparo provisional. Basándose en este, fue el dispositivo de la Jefatura Provincial de Málaga de la Unidad Adscrita de la Policía Nacional que llevó a los menores a diversos centros o familias de acogida.
El caso de Amelia, una niña de 18 meses fallecida al ser abandonada por su madre
Aunque salvando las distancias, un caso como este hace pensar en otro terrible de abandono de menores en la provincia de Málaga como fue el trágico fallecimiento de la pequeña Amelia, de apenas un año y medio que murió tras estar casi un mes sola y encerrada sin nada más que llevarse a la boca que un biberón y unas galletas.
Su madre era condenada hace unas semanas a 16 años de cárcel al ser declarada culpable de un delito de asesinato y otro de abandono temporal. Y es que la joven dejó desatendida durante un mes su hija, a la que encerró en una habitación del piso alquilado donde vivía en Málaga.
Durante esas semanas no fue ni una vez a la vivienda y mientras mantuvo una «intensa vida social nocturna» según explicaba Fiscalía en el juicio. Antes de su detención en 2018, intentó dar versiones contradictorias y escapar aunque finalmente acabaría confesando que «un día del mes 10, la dejé encerrada en la habitación, con un biberón y galletas, y ya no volví más a la casa».