El rescate del pequeño Haider, un niño de seis años que cayó en un pozo de agua hace tres días, ha acabado de forma trágica. Los equipos de rescate han recuperado hoy el cuerpo sin vida del menor. Los hechos han ocurrido en una localidad al este de Afganistán, donde ahora reina el desconsuelo.
Los afganos han seguido muy de cerca estos días el agónico rescate del niño caído en un pozo de agua. Tras tres jornadas de labores ininterrumpidas, los especialistas han llegado por fin hasta el cuerpo del niño. Sin embargo, las autoridades han confirmado que Haider estaba “sin vida pese a todos los esfuerzos”.
El líder talibán Anas Haqqani, que ha estado en el lugar del accidente siguiendo de cerca las operaciones de rescate, ha lamentado la “enorme tragedia”. Ha asegurado que el triste desenlace supone un golpe para toda la nación. Y ha trasladado las condolencias al entorno del niño, que se encuentran devastados.
‘Nos dejó para siempre’
El líder local ha afirmado que es “un nuevo día de duelo y tristeza para nuestro país”, al confirmar que Haiden “nos dejó para siempre”. Hace tres días, este niño cayó a un pozo de agua de pequeñas dimensiones y quedó atrapado en el agujero. Los especialistas se han topado con grandes dificultades en el rescate.
Ayer por la tarde anunciaron que los equipos de rescate habían logrado perforar la gran piedra que obstruía el camino. “La piedra que separaba el nuevo pozo de aquel en el que se encuentra Haider ha sido perforada. A partir de ahí pudieron aproximarse a la cavidad en la que Haider estaba atrapado.
El equipo de emergencias había perforado un túnel paralelo por el que accedieron los especialistas para acercarse al niño. En la operación se implicaron las autoridades del país, empresas de construcción, expertos en rescate y voluntarios. Todo, en una carrera a contrarreloj para sacar al niño con vida del hoyo.
Escasez de recursos
Uno de los principales obstáculos para llevar a cabo la misión fue la escasez de recursos mecánicos. Previendo que las labores se alargarían, los vecinos del entorno trajeron agua y comida para poder mantener al infante con vida. Bajaron los suministros a través de un cable que conectaba la superficie con la ubicación de Haider.
También consiguieron acercarle un teléfono móvil a través del cual pudo comunicarse con su padre. Las imágenes fueron compartidas en redes sociales y muestran al progenitor tratando de calmar a su hijo. “Hijo, por favor, no llores”, le dice ese padre desconsolado que mantuvo la esperanza hasta el final.
Como en casos anteriores, el rescate atrajo la atención mediática a medida que pasaban las horas y hubo una oleada de solidaridad con Haider. En el lugar se concentraron figuras públicas y gente anónima que acompañaron al menor día y noche con oraciones. También las redes sociales se movilizaron pidiendo un milagro.
Triste final para Haider
La esperanza se convirtió en dolor al confirmarse que el niño había sido rescatado sin vida. Su caso llega pocos días después que el caso de Rayan, un niño de cinco años rescatado sin vida en un pozo en Marruecos. En aquel caso, sin embargo, hubo mucho más eco internacional que en esta ocasión.
De hecho, muchos internautas critican la diferencia de trato entre aquel suceso, que atrajo toda la atención, y este. La muerte de Haider se produce también en el contexto de una fuerte crisis en el país, que deja a los pueblos sin recursos. La mayoría de los pozos se construyen sin medidas de seguridad adecuadas.
El año pasado, otro niño cayó en un pozo en una localidad al sur del país y acabó muriendo en el hospital después de ser rescatado con vida. Todos estos casos recuerdan también al caso de Julen en España, en el que se llevó a cabo un rescate sin precedentes. Estos casos son cada vez más frecuentes, desgraciadamente.