Fernando González Martínez y Raúl González Santiago son dos nombres propios de la mayor tragedia marítima de la historia reciente en Galicia. Son los dos marineros españoles que han muerto o desaparecido en el naufragio del Villa de Pitanxo en aguas canadienses. De los 24 tripulantes del navío solo se han salvado tres.
El Villa de Pitanxo, un pesquero con base en Marín (Pontevedra), naufragó en aguas de Terranova (Canadá) la madrugada del lunes al martes. Sólo el capitán, Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial y otro tripulante fueron hallados con vida. Trece cuerpos sin vida fueron recuperados de las aguas congeladas.
Varios barcos del operativo de rescate buscan los ocho cuerpos restantes, a pesar de las malas condiciones climáticas. La posibilidad de que hayan sobrevivido a tan bajas temperaturas es nula. 16 de los tripulantes eran de nacionalidad española, más cinco de Ghana y tres de Perú.
La tragedia del Villa de Pitanxo
La embarcación salió el 26 de enero del puerto de Vigo rumbo a las aguas de América del Norte. Diez de los tripulantes eran españoles de nacimiento, entre los cuales tres de Marín, tres de Cangas, uno de Moaña, uno de Bueu, uno de Huelva y otro canario. También había seis sudamericanos de origen español.
La gran mayoría de los tripulantes no superaban los 50 años, y muchos dejaron sus países para ganarse la vida como marineros en España. Ayer, a las 05:30 hora española, el Centro Nacional de Coordinación de Salvamiento Marítimo recibió dos alertas del pesquero. En Canadá se inició un operativo de rescate.
En el lugar donde desapareció el buque había olas de 5 a 6 metros, y solo encontraron las balsas salvavidas con tres supervivientes víctimas de la hipotermia. Luego hallaron seis cuerpos más, luego otro y finalmente otros seis. Así se confirmaba una de las peores tragedias marítimas de la navegación gallega.
Fernando, un marinero con experiencia
Entre los fallecidos y desaparecidos estaba Fernando González Martínez, un vecino de Moaña de 53 años con mucha experiencia como marinero. Este era su primer trayecto a Terranova, pero ya había surcado otros mares con la misma compañía. Su vida, desde muy joven, estuvo estrechamente ligada al mar.
Hace años trabajó en pesca de bajura y en la pesca artesanal, y tras toda una vida en el mar estaba a punto de jubilarse. Era un vecino muy apreciado en su localidad, Moaña, en Pontevedra. Fernando estaba casado y tenía dos hijos, y su familia era su gran pasión cuando no estaba en el agua.
Entre las víctimas está también Francisco de Pazo, jefe de máquinas del barco y vecino de 70 años de Marín. Armado y marinero experimentado, es también padre de la exconcejala de Martín María José de Pazo. De Marín son también Ricardo Arias García, de 46 años, y Pedro Herrera Couso, de 29 años.
Raúl, fallecido con 24 años
Otro de los fallecidos españoles es Raúl González Santiago, un joven de 24 años que iba en el barco como alumno en prácticas. Residente en Cangas, proviene de una familia de marineros y su padre había trabajado como jefe de máquinas en las mismas aguas donde ha perdido la vida. Su hermano también se dedica a la pesca.
Joven noble y de gran corazón, Raúl era un chico muy querido en su entorno y su muerte ha causado una gran consternación. Hacía tiempo que se labraba un futuro profesional como marinero, y había emprendido este viaje para ganar experiencia. Lo hizo con una gran ilusión que ha acabado en tragedia.
De Cangas son también el patrón del barco, Juan Padín, y su sobrino Eduardo Rial, que están entre los supervivientes. Entre las víctimas está también el canario Francisco Manuel Navarro, observador de control perteneciente al Instituto Español de Oceanografía. El balance final del naufragio son 3 supervivientes, 8 desaparecidos y 13 fallecidos.
Las otras víctimas del naufragio
Jonathan Calderón tenía 39 años y era de origen peruano, aunque llevaba años viviendo en Marín con su mujer y sus dos hijos de 16 y 10 años. Martín Quino era un experimentado marinero de origen peruano afincado en Vigo. William Arévalo Pérez, de 37 años, llevaba veinte años en Marín junto a su mujer y sus dos hijos.
Entre las víctimas peruanas está también Miguel Lumbres Cumpra, de 52 años, residente en Cambados y padre de dos hijos. También Edwin Andrés Salinas, Daniel Moore Valladares y Diego Moore Vega, tres de las víctimas más jóvenes. Así como Martín, residente en Vigo y con gran experiencia en el mar.
Varias de las víctimas eran de origen ghanés, como Samiel Kwesi, un joven residente en Marín que tenía cinco hijos. Edemon Okutu tenía 45 años y llevaba décadas viviendo en Marín son su mujer y sus dos hijos. Michael también procedía de Ghana y llevaba cinco años en Marín.