Afganistán vuelve a estar en manos de los talibanes después de 20 años de ocupación occidental. La presencia de Estados Unidos y otros países, mayormente europeos, había permitido al país abandonar el 'reino del terror'. Fue esa época, entre 1996 y 2001, donde los talibanes impusieron la versión más estricta de la 'sharia', la ley islámica.
Tras la reconquista del poder por parte de los talibanes, los mayores miedos es que vuelva esa época. Eso traería de vuelta algunas de las prohibiciones y leyes más severas en el mundo, especialmente contra las mujeres.
La sharia es la ley islámica surgida del Corán y los hadices, pero en su forma más estricta y extrema. Se introdujo en Afganistán en 1996 y se mantuvo hasta que, en 2001, Estados Unidos intervino tras los atentados del 11-S. Ahora temen que vuelva a imponerse y recorte los derechos de sus ciudadanos, especialmente las mujeres.
Prohibido trabajar o estudiar
Una de las principales prohibiciones de la sharia es que una mujer ocupe el espacio público. No pueden estudiar después de los 10 años ni trabajar —salvo por alguna enfermera o doctora— y no pueden ser vistas en público. Por esto último las obligan a llevar el burka completo con una rejilla para que puedan ver, pero que ellas no puedan ser vistas.
De momento, los líderes talibanes han anunciado que esto no volverá a ser así. Según exponen, permitirán que algunas profesionales como periodistas, profesoras o enfermeras sigan en sus cargos.
Incluso aseguran que algunas políticas sigan ejerciendo y se han comprometido a respetar los derechos de la mujer. Pero, eso sí, siempre acorde a los dictámenes de la ley islámica.
Está por ver qué pasará cuando las tropas norteamericanas y occidentales abandonen completamente el país. Mientras sigan allí, los talibanes evitarán detenciones o enfrentamientos civiles.
El hombre decide sobre el matrimonio
Otra de las leyes más restrictivas con los derechos de las mujeres es sobre la intimidad de las parejas. Una mujer no puede pararse cerca de su novio en público.
La pareja tampoco puede tocarse, besarse o abrazarse en público fuera del matrimonio. Las mujeres que incumplan esta ley podrán ser castigadas con latigazos.
Además, una mujer no puede rechazar una petición de matrimonio. Debe casarse si un hombre de su familia, el mahram, así lo quiere. Él puede casarse con otras mujeres también, siempre que no sean hermana o tía de su otra esposa.
Tanto antes como después del matrimonio, la voluntad recae exclusivamente en el hombre. Una mujer no puede comprar nada con el dinero de su marido sin su permiso. Tampoco puede pedirle a otro que se divorcie para casarse con ella.
Mujeres invisibles: no deben existir para otros
Una mujer no puede hablar con ningún hombre que no sea mahram, es decir, de su familia más cercana. De hecho, está prohibido que un hombre ajeno a la familia escuche la voz de una mujer ni le vea un simple tobillo.
La mujer, bajo la interpretación más rígida de la sharia, debe ser invisible. Por eso, tienen prohibido usar cualquier tipo de producto cosmético. Entre 1996 y 2001 se le llegó a amputar los dedos a mujeres que se habían pintado las uñas.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los zapatos de tacón, prohibidos para ellas. Una mujer no puede hacer ruido al caminar para que otros hombres no las oigan.
Sin presencia pública de ningún tipo
Como decíamos, una mujer no puede tener presencia pública. No puede votar, no puede aparecer en la televisión o en la radio y ni siquiera en reuniones públicas.
El deporte también está prohibido para ellas. Ni pueden practicarlo ni pueden acceder a ningún tipo de instalaciones deportivas, tampoco para presenciar eventos en estadios.
La mujer afgana ni siquiera puede montar en moto o en bicicleta. Y si se sube a un taxi, solo puede hacerlo acompañada por su mahram. Si va en autobús, en cambio, debe ir solamente en autobuses exclusivos para mujeres.
Además, ninguna calle ni plaza pública puede llevar el nombre de una mujer. Si las hay, se les cambia el nombre por cosas más generales o abstractas.
Prohibido fotografiar o mostrar imágenes de mujeres
Algo tan común como la imagen de una mujer en el escaparate de una tienda es impensable bajo la sharia. Esta ley prohíbe expresamente tomar fotografías o vídeos de alguna mujer. Evidentemente, tampoco pueden mostrarse mujeres en revistas y libros.
Además de los tacones, las mujeres tampoco pueden vestir colores "vistosos". Para los talibanes, esos colores son "sexualmente atractivos" y pueden provocar a los hombres. Tampoco pueden llevar pantalones acampanados incluso aunque no se vean por el burka.