Investigadores de la Universidad del País Vasco trabajan con una especie de pomada que podría frenar el coronavirus. La sustancia con la que trabajan es el sulconazol, que se trata de un agente antifúngico derivado del inmidazol.
No se trate de un elemento nuevo, ya que se utiliza con bastante frecuencia en algunas pomadas para el pie de atleta. Pensado para darle un uso tópico, se ha comprobado en las últimas pruebas su eficacia contra el COVID-19.
Ha sido analizado in vitro en modelos celulares con buenos resultados, consiguiendo unos porcentajes de inhibición que llegan hasta el 95%.
De momento es prematuro hablar de plazos sobre su posible utilización. Sobre todo porque no hay ningún ensayo clínico que lo avale. En cualquier caso, uno de los encargados de este trabajo contra el coronavirus, Iker Badiola, tiene intención de sacarlo adelante.
Por eso ya ha confirmado que su intención es buscar socios para financiar el proyecto.
Los grupos de investigación que trabajan con esta 'pomada' están dirigidos por el profesor Badiola y el doctor Majid Khatib, de la Universiddad de Burdeos. Los miembros de estos equipos han detectado nuevas propiedades del sulconazol.
Aprecian que existen una serie de compuestos que inhiben la infección por SARS-CoV-2. Así lo explica la propia UPV en un comunicado.
Este hallazgo ha sido posible gracias al consorcio de colaboración promovido por distantes entidades. Entre ellas el Campus de Excelencia Internacional Euskampus, en el que tomaron parte el grupo de investigación del Inserm-París y la empresa Innoprot. Esta última es una compañía biotecnológica del País Vasco.
La eficacia de esta 'pomada' contra el coronavirus
De todas las sustancias analizadas se ha comprobado que el sulconazol es la que mejores resultados ha dado. Para estudiar todo esto se han empleado herramientas bioinformáticas, que han sido capaces de identificar hasta mil compuestos eficaces contra el coronavirus.
Estos grupos de investigación llevan varios años colaborando. Los orígenes se remonta a 2017, cuando desarrollaron un trabajo sobre la incidencia en el cáncer de las proteasas, denominadas proprotein convertasas.
Precisamente, esta línea de investigación fue lo que les permitió en cierta medida acercarse hacia el estudio contra el coronavirus. Detectaron que una de las convertasas analizadas en el cáncer se encuentra implicada en la infección del COVID-19 al activar la proteína spike.
Los responsables de este trabajo, con varios miembros de la UPV al frente, han anunciado la patente del nuevo uso del sulconazol. También de otros compuestos frente a la infección por el SARS-CoV-2.
El próximo objetivo se centra también en contactar con la industria farmacéutica para su probable desarrollo y comercialización. Mientras tanto, continúan centrándose en otros cuatro compuestos inhibidores de la furina. Comprobaron que esta sustancia también cuenta con una efectividad contra la infección por el coronavirus.
Las labores de desarrollo y comercialización se presentan como lo más complejo en estos momentos. Deben realizarse una serie de pruebas que avalen los resultados cosechados en los laboratorios.
En España ya se había trabajado con anterioridad en el desarrollo de una pomada contra el virus. Se trató de un estudio del CSIC que consistía en una sustancia de ingestión oral compuesta de yema de huevo con anticuerpos.
Estaba pensada para evitar el contagio en los momentos en los que se utilizara la mascarilla, como puede ser en restaurantes. Después de varios test habían llegado a la conclusión de que esos anticuerpos estaban hasta dos horas en la boca.
El equipo liderado por Pérez de Alastra llevaba varios años investigando este proceso en gallinas. "Cuando la gallina es inmunizada, concentra los anticuerpos en la yema del huevo", explica. Al tratarse de un alimento natural es posible "administrarlo por vía oral porque estos anticuerpos no pasan a la sangre", dijo.