El borrador de la reforma educativa que prepara el ministerio de Universidades en pleno estado de alarma está levantando ampollas por la propuesta concreta de incluir de forma obligatoria las enseñanzas relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres, algo que según ha advertido el titular del ministerio, Manuel Castells, «será por ley».
La propuesta se incluye en el borrador del Real Decreto por el que se establece la Ordenación de Enseñanzas Oficiales en el Sistema Universitario Español y establece los principios generales que deben inspirar los nuevos planes de estudios, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular la igualdad de género.
El texto deja claro que «cualquier actividad profesional debe realizarse desde el respeto a los derechos fundamentales y de igualdad entre hombres y mujeres, debiendo incluirse en los planes de estudios, enseñanzas relacionadas con dichos derechos, conforme a las competencias inherentes al título».
Los nuevos planes de estudio deberán incluir también enseñanzas relacionadas con el respeto y la promoción de los derechos humanos y los principios de accesibilidad universal y diseño para todas las personas con discapacidad, así como los valores propios de una cultura de paz y de valores democráticos.
El ministerio de Universidades reconoce que en los planes de estudios la equidad no siempre está todo lo presenta que debería, y fija como objetivo tener un plan con medidas coordinadas para poder ayudar a las universidad a implementarlos.
De hecho, la comunidad educativa acepta de buen grado la reforma pero advierte que traerá problemas, ya que según algunas universidad no tiene mucho sentido introducir estas enseñanzas en carreras técnicas, e incluso hay algunas más críticas que lo ven como una «mezcla de Educación para la Ciudadanía y Formación del Espíritu Nacional».
También le reprochan a Manuel Castells que impulse la reforma en pleno estado de alarma y con propuestas del ex ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo,como la creación de títulos con otros países europeos, la posibilidad de escoger carreras a la carta o acercar la empresa a la universidad para que los alumnos trabajen con contrato laboral desde el primer día.
La reforma que plantea ahora castells modificaría la anterior de 2007, conocida como Plan Bolonia, y causa también irritación en sectores progresistas porque consolida el modelo de grados de tres años que quiso implantar el ministro José Ignacio Wert con la avalancha de críticas del PSOE y Unidas Podemos.
Sin ir más lejos, el sindicato CCOO critica que se vuelva al modelo 3+2 que castiga a los estudiantes con menos recursos y favorece las universidades privadas. Otras fuentes universitarias creen que el borrador introduce decisiones que benefician universidades que están trabajando con estudiantes extranjeros, como la Universitat Oberta de Catalunya, de la que Castells es catedrático en excedencia.