Desde hace meses el propio vicepresidente segundo Pablo Iglesias como la ministra de Igualdad, Irene Montero han venido denunciando que viven una situación de acoso en su casa de la localidad madrileña de Galapagar. Las dos principales caras de Unidas Podemos han mostrado en más de su ocasión su indignación por las personas que se manifiestan día tras día a las puertas de su vivienda, según ellos, instigados por la ultraderecha. Es más han tenido que llegar a denunciar el acoso vivido mientras se encontraban de vacaciones junto a sus hijos.
Ahora dos personas involucradas en alguna de estas protestas se podrían enfrentar a una pena de prisión. Esto es lo que reclama la Fiscalía de Madrid para Ana Isabel Q.D. y su madre Ascensión D. B., para quién pide 1 año y 6 meses de cárcel respectivamente. Las dos están acusadas de haberse saltado el perímetro de seguridad que habría instalado la Guardia Civil alrededor del domicilio en el que conviven Montero, Iglesias y sus hijos.
Los hechos habrían tenido lugar el pasado viernes 30 de octubre. Según la acusación de la Fiscalía, las dos mujeres se habrían trasladado a los alrededores de la casa de Galapagar sobre las 17.30 de ese día. En esos momentos un grupo de agentes de la Guardia Civil, «uniformados y debidamente identificados», se dispusieron a establecer el perímetro de seguridad que habitualmente se despliega cerca de la vivienda.
Los hechos que han provocado la acusación
Las dos acusadas, pero, quisieron en ese momento evitar que estos hicieran su cometido. «Mantuvieron una actitud de absoluto desprecio a la labor de los agentes» recoge el texto del ministerio fiscal que añade que con esta acción tenían el objetivo de impedir «el cumplimiento de la función encomendada».
También se recoge como fueron varias las ocasiones en que desobedecieron las indicaciones de los Guardias Civiles. Estos les solicitaron con «indicaciones claras» que «retrocedieran en la vía pública y despejaran el perímetro de seguridad» pero madre e hija hicieron caso omiso y mantuvieron una actitud desafiante.
El fiscal también explica que en vez de retirarse se acercaron a los agentes gritándoles a pocos centímetros de sus caras «prescindiendo del uso de las preceptivas mascarillas». Además de esta acción totalmente imprudente en plena pandemia, también llegaron a utilizar la violencia, golpeándoles con las manos en el pecho.
Uno de los agentes les advirtió que «de las consecuencias legales de su comportamiento» y que como finalmente, se ha comprobado, podría tener incluso consecuencias penales. En un principio, los agentes habían conseguido alejarlas «con los brazos extendidos, empleando la mínima fuerza indispensable para desplazarlas». Pero los hechos no concluyeron ahí.
Ana Isabel Q.D. desobedeció nuevamente las instrucciones de los agentes e intentó sobrepasar la zona de seguridad «con la intención de aproximarse a la vivienda». Tuvo que ser otra vez un agente el que le cortará el paso.
En ese momento, la mujer cayó al suelo por culpa del choque con el agente de la benemérita «al tiempo que le decía 'hijo de puta'». Y aprovechó ese instante para agredir «con el bolso al guardia civil en el rostro, golpe que este esquivó». También le propinó varias «patadas que impactaron en las botas y tibias del citado agente». Pese a estas el guardia civil agredido no sufrió «lesión alguna».
Tras estos hechos, la fiscalía de Madrid decidió abrir una investigación al respecto para ver si podían ser constituyentes de delito. Finalmente, se habría decidido por imputar un delito de desobediencia a la madre y dos de atentado a la autoridad y uno leve de maltrato de obra a la hija. Las dos serán juzgadas por el Juzgado de lo Penal número 17 de Madrid el próximo 24 de noviembre.