Hasta ahora todo eran rumores. Algunos aseguraban que el Gobierno agotará la legislatura pase lo que pase. Otros, cada vez más numerosos, dicen que habrá elecciones anticipadas. Hasta ahora, Pedro Sánchez ha guardado silencio entorno a sus intenciones sobre el futuro del Gobierno, pero ha roto el silencio asegurando a su entorno que no se irá.
Fuentes oficiales del Gobierno aseguran, por primera vez de manera abierta, que con o sin Podemos, el PSOE se mantendrá en la Moncloa hasta el final de la legislatura: «Después de lo que hemos soportado, ahora no vamos a tirar la toalla».
La salida de Pablo Iglesias del Gobierno ha vuelto a desatar los rumores sobre una posible ruptura del Gobierno de coalición. Fuentes oficiales explican que no habrá elecciones anticipadas en España «de ninguna manera, pase lo que pase en las elecciones de Madrid, aunque nos quedemos en minoría».
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Su mensaje es claro: «Tenemos presupuestos y no estamos en peor situación que Rajoy, que gobernó con 123 diputados a base de decretos. Nadie puede presentar una moción de censura viable contra este Gobierno. Los partidos de la derecha están enfangados en un espectáculo penoso de transfuguismo y de compra de voluntades. Que pierdan toda esperanza los que quieran un adelanto electoral».
El Gobierno de Pedro Sánchez ha expresado su voluntad de «abrir el año 2022 con el proceso de vacunación terminado, los fondos europeos en marcha, la recuperación económica y el regreso a la normalidad».
El panorama político está revuelto. Y a la tensión con ERC, la moción fallida en Murcia y la campaña de las elecciones en Madrid, se suma la marcha de Pablo Iglesias. Pero aunque el resto de diputados de Podemos hagan lo mismo, y aunque ERC decida también romper con el Gobierno, el PSOE se ve capacitado para gobernar en solitario.
Optimismo en el PSOE
Esto se debe a un optimismo dentro de las filas socialistas: «Pronto tendremos el viento a favor, después de todo lo que hemos pasado». La consigna es no convocar elecciones, algo que sería según ellos «un disparate», porque echaría por la borda todo lo conseguido hasta ahora y daría vida a una derecha que se está descomponiendo.
De momento, la tensión ya se ha trasladado al Congreso de los Diputados, donde Gobierno y oposición protagonizaron un último debate con aroma de precampaña. Una lluvia de acusaciones y eslóganes que algunos ministros ven como un «espectáculo tabernario» y que podría recrudecer cuando empiece la campaña madrileña, a mediados de abril.
En todo este barullo, la marcha de Pablo Iglesias ha causado un gran desconcierto. En el bando socialista intentan descifrar las intenciones del líder de Podemos: «Iglesias sabe bien que se equivocó al entrar en el Gobierno, pensaba que esto era otra cosa. La gestión no era lo suyo, y se ha dado cuenta de las limitaciones de gobernar». Aseguran que él mismo ha visto que a pesar de ser vicepresidente no tiene el poder, y que esto desgasta mucho.
Por eso creen que las elecciones madrileñas han sido su coartada para abandonar el barco. Algunos sospechan que se trata de un primer paso para abandonar la política para siempre, pero otros piensan que puede ser más peligroso fuera del Gobierno que dentro de él. Un alto dirigente del PSOE explica que Iglesias «ha dado un paso atrás para dejar la política en algún momento, pero su marcha tendrá consecuencias».
Se preparan para gobernar el solitario
En su opinión, su sucesora, Yolanda Díaz, no tiene ni la misma lógica ni la misma influencia dentro de Podemos. Por eso su vicepresidencia se convertirá en una formalidad pero sin peso político real. «Yolanda es una ministra muy bien valorada por los ciudadanos, pero no tiene el control sobre el círculo de amigos al que ha quedado reducido Podemos», dice este dirigente, conocedor de lo que se está moviendo en la formación morada.
La cuestión, para él, es clara: Yolanda no puede pelear con Sánchez, como lo hacía Iglesias. «Pablo será peor fuera del Gobierno, donde sigue siendo el líder de su partido y no tendrá que contenerse como cuando era vicepresidente», asegura, y cree que con sus 35 diputados y la complicidad de ERC y Bildu, Iglesias puede convertirse en un estorbo para el gobierno socialista.
Por eso la consigna es clara: prepararse para un Gobierno en solitario. Los planes de Sánchez no pasan por romper la coalición, pero si la cuerda se acaba tensando tanto que se rompe, los socialistas están preparados para gobernar en solitario. La consigna es clara: recoger los frutos de los sacrificios de este último año con el objetivo de las elecciones de 2023.