Con el apoyo de una gran mayoría del Congreso a los presupuestos generales, Pablo Iglesias se ha venido arriba y ha anunciado el inicio de «una nueva etapa política en España» hacia un país «plurinacional». El vicepresidente segundo y líder de Podemos pretende reforzar su alianza con ERC y EH Bildu y para ello ha pedido algo a Pedro Sánchez.
Pablo Iglesias se considera el artífice de la amplia mayoría que permitirá aprobar las cuentas públicas para 2021, y con ese aval le ha exigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, facilitar la libertad del más insigne de los presos independentistas catalanes, Oriol Junqueras.
Iglesias ha pedido a Sánchez que el Gobierno agilice la tramitación de la reforma del delito de sedición y también la de los indultos. La pelota está ahora en el tejado del Tribunal Supremo, donde la Fiscalía y los jueces deben emitir un informe sobre la concesión del indulto a los doce condenados que lo han solicitado.
Pero los plazos son lentos y Pablo Iglesias tiene prisa para consolidar las nuevas alianzas de cara a una legislatura larga. De paso, quiere marcarse el tanto antes de la celebración de las elecciones catalanas, en febrero. Por eso ha instado al presidente Sánchez a agilizar los trámites y alcanzar dos reformas históricas que serían la primera piedra de la nueva España.
El peso de la reforma del delito de sedición recae en el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que no parece dispuesto a ceder a las presiones de Podemos. La propuesta de la formación morada es que no sea delito sin violencia ni armas, lo cual implicaría que los presos catalanes no habrían cometido delito y allanaría el camino para su liberación.
Campo encomendó a una comisión de expertos para establecer los términos de la reforma, pero aunque se tramitara por la vía de urgencia no estaría lista antes de febrero. Además, agilizar los trámites supondría saltarse pasos, como prescindir de informes del Consejo de Estado, del Consejo Fiscal o del Consejo General del Poder Judicial. Si se sigue el proceso convencional, como pretende el ministro de Justicia, el trámite duraría varios meses.
Además, la despenalización de la sedición tiene importancia más a largo plazo que de forma inmediata. Porque más allá de las prisas de Pablo Iglesias, la aprobación de la reforma servirá como argumento a favor de los presos catalanes que pretenden demostrar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo que la pena fue desproporcionada.
Agilizar el indulto
En todo caso, los mismos problemas aparecen con la agilización del indulto, ya que también exige pasar por alto informes de alta instancias. El Supremo ya ha autorizado a Fiscalía para que realice el informe sobre la concesión del indulto, pero los cuatro fiscales todavía no han tenido acceso a los expedientes de los doce condenados.
Por otro lado, el Gobierno no se plantea abrir una guerra con los fiscales para allanar el camino al indulto. Tampoco lo necesita, ya que puede otorgar la medida de gracia incluso con los informes de los fiscales y el tribunal en contra. En todo caso, hasta que no lleguen los informes el Consejo de Ministros no podrá reaccionar, y esto puede alargar la decisión.
Otro frente de la batalla judicial se juega en el Consejo General del Poder Judicial, cuya renovación sigue pendiente. El PP ha pedido como condición que Podemos quede fuera del cupo, y ante ese temor Pablo Iglesias ha logrado presentar junto al PSOE una proposición de ley para limitar las atribuciones de un CGPJ en funciones.
La nueva España plurinacional
El discurso de Pablo Iglesias en el debate de los presupuestos es toda una declaración de intenciones. El vicepresidente segundo se ha dirigido a su socio de gobierno, el PSOE, para pedirle asumir el «compromiso histórico» de apoyarse en la nueva mayoría e incorporar a los partidos independentistas en la dirección del Estado.
Pablo Iglesias ha anunciado que las alianzas parlamentarias que han permitido sacar adelante los presupuestos son el resultado de «un trabajo de muchos años» que representan un «proyecto de país» hacia «una España plural, diversa, democrática, fraterna y plurinacional». La clave de este nuevo país son ERC y EH Bildu.
Ha sido precisamente Pablo Iglesias quien ha llevado el peso de las negociaciones para lograr que los independentistas catalanes y vascos pasaran de la abstención al voto afirmativo. Por eso ha puesto especial empeño en defender su alianza con ellos, hasta el punto de asegurar que ERC y EH Bildu «comprenden mucho mejor el espíritu social de la Constitución que el PP y Vox». En su opinión, estos partidos representan mejor la defensa de los intereses nacionales.
Pablo Iglesias confirma así su plan para una década de gobiernos progresistas con el apoyo de nacionalistas e independentistas. En ese sentido, ha asegurado que la mayoría parlamentaria en la que también se incluyen el PNV, Más País, Compromís y Teruel Existe, «se parece mucho más a España». «Señores de la derecha, van a tener Gobierno socialcomunista para rato», ha concluido.