Fotomontaje sobre el crimen de Erika Tavares

Oskar, el empleado que ha degollado a su esposa en un cambio de turno en España

Oskar Macías se clavó un cuchillo en el corazón después de asesinar a Erika Tavares

Oskar Macías, de 42 años, trabajaba con Erika Tavares, vivían juntos y estaban enamorados desde la adolescencia. Pero hubo algo que lo cambió todo y ella le hizo partícipe de su intención de firmar los papeles del divorcio. 

Oskar Macías le hizo creer a su ex que había asumido la decisión, pero dos semanas después de formalizar la situación ocurrió algo. Salían juntos de trabajar en el turno de noche, Erika estaba radiante porque iba a empezar una nueva vida, pero no pudo. 

El agresor degolló a Tavares como venganza, pues no soportaba que le dejase solo en uno de sus momentos más complicados. Su entorno asegura que necesitaba el apoyo de su pareja más que nunca, aunque todos asumen que su comportamiento debe ser penado. 

Oskar acabó con la vida de Erika a las 7:15 de la mañana, justo después de que ambos salieran de trabajar. Según los investigadores, la degolló con el mismo cuchillo con el que intentó suicidarse, pero no terminó su plan. 

El homicida no se quitó la vida cortándose el cuello, cambió de idea y se clavó el arma a en el corazón. Los agentes que llegaron al lugar del crimen, el número 22 de la calle Antonio Machado, se encontraron con una carnicería. 

Medios locales aseguran que la familia de Macías está desconsolada, pues no sabían que este podía organizar algo semejante. Eran conscientes de que estaba atravesando una crisis personal, aunque jamás pensaron que tendría este tipo de impulsos. 

Los hijos de Oskar y Erika descubrieron los cuerpos

A las 7:20 horas de la mañana la vivienda de Erika y Oskar se llenó de ambulancias y coches de patrulla. Los sanitarios intentaron salvar la vida del agresor, pues pensaban que podían hacer algo por él, pero se equivocaban. 

Lo peor de todo es que la escena la descubrieron los hijos de la pareja, de 17 y 13 años, al escuchar un estruendo que les resultó sospechoso. Los investigadores barajan la posibilidad de que salieran del vehículo discutiendo y continuaran con el problema en el domicilio. 

Macías le hizo creer a todo el mundo que estaba de acuerdo con la decisión de separarse, pero en realidad estaba muy ofendido. No consentía que su exmujer empezase de cero, así que acabó con ella antes de darla la oportunidad de ser feliz. 

Los hijos de la pareja no eran conscientes de que sus padres se estaban divorciando, así que el impacto ha sido doble. Después de encontrar a ambos sangrando y muertos, uno en el balcón y otro en la cocina, llamaron a las autoridades. 

En un primer momento pensaron que podrían salvar la vida de Oskar, a pesar de que estaba en un estado extremamente critico. No pudieron hacer nada por él ni tampoco por Erika, quien murió en el acto por un corte letal y profundo. 

Oskar Macías acosaba a Erika: “Dominante y posesivo”

Los familiares de Oskar están sin aliento, aunque la gente que le conocía de verdad no se ha quedado tan sorprendida con este suceso. Aseguran que era una persona “muy difícil de tratar”, que no se relacionaba con nadie y que era “dominante y posesivo”. 

El homicida les hizo creer a todo el mundo que aceptaba el divorcio, pero los que le conocían bien sabían que estaba fingiendo. Trabajaba en la misma fábrica que Erika y se dedicaba a acosarla sin piedad durante todo el turno. 

La víctima no quería coincidir con él y hacía malabares con sus compañeros para conseguir horarios diferentes a los de su ex. La presión había llegado demasiado lejos, pero ella quería tener buena relación con él por sus hijos. 

El último día aceptó regresar a casa en el mismo vehículo para aparentar normalidad, pues su familia más estrecha desconocía el divorcio. Ahora todos lloran la pérdida de Erika: “Una mujer muy querida que tenía siempre una sonrisa”