Fachada de unos edificios

Okupa el piso de dos ancianos con Covid, les vacía la casa y se queda a vivir en ella

El okupa, de origen colombiano, ya había residido anteriormente en otros dos pisos más de manera ilegal

Tal y como apuntan los expertos desde inicios de la pandemia, el covid es un virus muy letal que está afectando a toda la población mundial, pero sí bien es cierto que el colectivo más afectado es el de personas mayores y pacientes con enfermedades previas a este mismo.

Hoy día y pese a las graves consecuencias y desencadenantes que esta pandemia se lleva a su paso, la solidaridad de algunas personas deja mucho que desear, tal es así, que, la pasada semana un varón colombiano de 44 años de edad fue detenido en el barrio madrileño de Carabanchel, en la calle Alfonso Martínez Conde 2 tras okupar durante varias horas antes el piso de dos ancianos que regresaban a su domicilio al haber superado el covid.

Al hombre, que todo apunta a que ya tenía previsto el plan a seguir, no le faltó tiempo para cambiar las cerraduras de la casa, y que para colmo había tirado a distintos contenedores de la zona toda la ropa y enseres de la pareja de mayores y se había llevado las joyas y otros accesorios de valor.

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El trascurso de los hechos

Un día que tenía que ser muy especial para la pareja al haber superado el duro trance del coronavirus, y que se convirtió en la peor de las pesadillas. Todo ocurrió la semana pasada cuando Ricardo y su esposa, ya recuperados de la enfermedad, volvieron a casa en compañía de su hijo. Para sorpresa de ellos, al ir a meter la llave en la cerradura, se dieron cuenta de que no podían abrir la puerta, y es entonces cuando localizaron unos tornillos tirados en el suelo, y el embellecedor de la puerta contenía ciertos rastros de pegamento.

La pareja de octogenarios enfermó de covid hace ya unos meses, y la situación les llevó a trasladarse a vivir hasta Fuenlabrada con su hijo, para permanecer más acompañados y así poder recuperarse lo antes posible y con mayor control de la enfermedad. Por su parte, el hijo, precavido, ante todo, asistía cada semana a la casa para comprobar que todo estaba como siempre y por supuesto, libre de usurpadores.

Al descubrir el percal una vez en el rellano de la propia casa de sus padres, instantáneamente el hijo llamó a la Policía Nacional, que se personó en el lugar de lo ocurrido y allí descubrió que efectivamente la vivienda estaba okupada.

Los agentes se dispusieron a entrar en la casa, en donde no había nadie presente en aquel momento. Todos los muebles seguían en su sitio, aunque con sus interiores vacíos.

Tan solo localizaron una maleta sin abrir y una bolsa de hacer deporte cerrada en otro de los cuartos. Lamentablemente, las joyas, enseres y objetos de valor habían desaparecido. Algo inentendible fue cuando encontraron en el comedor un contrato de alquiler del hogar sin firmar a nombre del colombiano Johan Fernando R. C.

Rápidamente y de la misma manera que hacen para el resto de casos de viviendas okupas, los agentes bajaron a revisar los contenedores de enfrente del edificio. En los propios cubos de la basura hallaron pertenencias, ropa, cuadros y otros objetos, propiedad de la pareja.

Fortuitamente, el hijo subió nuevamente a la casa de sus padres y esta vez e encontró al que resultó ser el okupa, acompañado por una mujer. A la hora de la identificación, los agentes descubrieron que el hombre se identificaba con el mismo nombre que aparecía en el contrato de alquiler anteriormente citado: Johan Fernando. Momentos después fue detenido por los por un delito de allanamiento de morada, aunque a ello se le podrían sumar otras causas penales más relacionadas con la desaparición de objetos de la vivienda. El okupa ya había residido anteriormente en otros dos pisos más de manera ilegal.