La Guardia Civil ha dado un nuevo giro de timón en su investigación para encontrar a las niñas desaparecidas Anna y Olivia. El robot subacuático encontró un edredón y una botella de oxígeno que ya se ha confirmado que pertenecían al padre. Ahora la clave es averiguar si esos objetos se pudieron haber usado para deshacerse de las niñas.
Los objetos fueron hallados por el robot y por el sónar el lunes, y este mismo martes ya se ha confirmado que eran de Tomás. De hecho, estaba previsto que el robot se marchase hoy mismo, pero ante este hallazgo seguirá en la zona unos días más. De momento, está previsto que se quede en Tenerife hasta el 14 de junio.
La intención es seguir rastreando la misma zona para buscar otros objetos que puedan dar más pistas sobre qué pasó con las niñas. O incluso encontrarlas, si es que Tomás decidió lastrar sus cuerpos con estos objetos para evitar que flotasen en el mar.
Los investigadores creen que eso es precisamente lo que podría haber pasado y que las niñas estarían muertas. Según su hipótesis, Tomás usó la botella de oxígeno y el edredón para dar peso a los cuerpos de las niñas y hundirlos.
De momento, para averiguar si la teoría es cierta, mandarán los objetos al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid. Allí serán analizados y se intentará obtener más pistas sobre qué hacían en el fondo del mar y si podrían estar ligados a las niñas.
En la zona, que es donde se perdió la pista al móvil de Tomás, se seguirá rastreando el fondo de mar en busca de ellas. Hay que recordar que Tomás fue visto en dos ocasiones en su barco antes de zarpar. Llevaba múltiples bolsas y maletas, pero no había rastro de Anna y Olivia.
La madre de las niñas y los amigos de Tomás defienden que están vivas
Hasta que se demuestre lo contrario, los amigos y familiares de Tomás siguen defendiendo que las niñas tienen que estar vivas. También su madre, Beatriz, que no pierde la esperanza de que el padre recapacite y se las entregue.
Hace casi un mes y medio que Anna y Olivia desaparecieron en brazos de su padre cuando él decidió no devolvérselas a su madre. Fue el 27 de abril, y desde entonces, la Guardia Civil trabaja a destajo para encontrarlas.
En un principio se creyó que el padre se había escondido con las niñas o que incluso podría haber cruzado el océano. Pero con el paso de los días, las esperanzas de los investigadores se iban viniendo abajo ante la falta de pistas.
A pesar de todo, los amigos de Tomás siguen pensando que él sería incapaz de hacerles daño, ya que sentía devoción por ellas. Uno de sus amigos, Toni Herrera, le mandó un mensaje hace unos días para intentar que recapacite y vuelva. «Ha cometido un error, que lo admita y vuelva», le reclama.
Toni sigue pensando que el padre de las niñas se fue con ellas hasta Sudamérica. Y el hecho de que la Guardia Civil investigue ahora otros barcos que hicieron movimientos extraños, les daría la razón. Creen que Tomás pudo usar alguno de esos barcos para librarse del suyo y desvanecerse con las pequeñas.
El amigo cree que el hecho de que el buque oceanográfico solo haya encontrado dos objetos refuerza su teoría. El padre de las niñas cruzó el mar, y ellos están pidiendo ayuda allí para encontrarlas.
Tomás Gimeno tenía contactos profesionales en Sudamérica y África, lo que refuerza la teoría de su huida. Sus amigos ya han empezado a difundir fotos de las niñas allí y la noticia ya ha traspasado fronteras. Joaquín Amills, portavoz de la familia, incluso ha hablado para medios latinoamericanos para ampliar el radio de búsqueda.