Con el paso de las horas empezamos a conocer más detalles de lo que ocurrió ayer en Peñíscola, en Castellón. Por razones que todavía se investigan, un edificio de tres plantas se vino abajo y dejó varias personas atrapadas bajo los escombros.
En un primer momento se habló de dos personas, aunque finalmente han sido tres las afectadas. A las pocas horas del derrumbe, los Bomberos del Consorcio Provincial consiguieron rescatar a una persona con vida.
Se trataba de un joven de 26 años que estaba consciente y que llamó con su voz a los bomberos para que le encontrasen. Así, los efectivos de emergencias pudieron retirar a mano los escombros hasta que consiguieron llegar a él y sacarle de allí con vida. Se desconoce cuál es su estado de salud, aunque las primeras informaciones apuntan a que no se encontraría de gravedad.
Carlos Verchill, jefe de bomberos, ha explicado cómo fue el rescate. "Tras responder a nuestras llamadas, hemos intentado que no perdiera la consciencia. Al principio no teníamos contacto visual, solo a través de sus palabras o señales", indicaba.
"Al final hemos llegado a él. Estaba rodeado de forjados y en una zona muy inestable", ha añadido.
Pero había otras dos personas atrapadas bajo los escombros y ninguna de ellas daba señales de vida. Fue el mismo joven rescatado quien indicó que, junto a él y en la misma planta del edificio, había dos personas más.
Los perros que colaboraban en las labores de búsqueda habrían conseguido localizar a las dos personas. Una de ellas fue rescatada después de la medianoche, aunque sin vida. La poca información disponible apunta a que se trata de un menor, hermanastro de la víctima rescatada con vida horas antes.
De momento, la tercera persona, supuestamente la madre de ambos, todavía sigue atrapada. Se desconoce si está con vida o no y los equipos de emergencia trabajan a contrarreloj para encontrarla.
"No olía a gas ni a quemado"
Un testigo del derrumbe ha explicado cómo fueron los primeros instantes del incidente. Tomás Alonso es el dueño del restaurante Font Nova, cercano al bloque que se vino abajo.
Según ha explicado en TVE, "me dijeron que un edificio se estaba derrumbando y salimos corriendo. Cuando llegamos acababa de derrumbarse, había solo polvo, ni olía a gas ni a quemado ni nada, solo polvo", explicaba.
El hombre ha añadido que intentaron entrar en el edificio para ayudar, pero la Policía lo impidió. "Había cornisas aún cayendo", asegura el hostelero.
Las causas todavía se desconocen
En las últimas horas se han vertido varias hipótesis sobre qué pudo pasar con el edificio. Una de las que está cogiendo más fuerza es la de las lluvias que afectaron a la zona en los días anteriores. Al parecer, el edificio estaba construido justo bajo una cornisa y las lluvias podrían haber afectado los cimientos.
Según indica 20minutos, la construcción se hizo basada en muros de carga de paralelos. Uno de esos muros cedió y arrastró los forjados, que a su vez empujaron al resto de muros. Fue "una especie de dominó", según el director de Vivienda que se ha desplazado a la zona.
Así, el edificio "fue cayendo en cascada y muy rápido". Por suerte, al colapso le precedieron ruidos y grietas que alertaron a la mayoría de vecinos. Casi todos consiguieron salir del edificio antes de que se viniese abajo.
Aun así, todavía es pronto para confirmar nada. El alcalde de la localidad, Andrés Martínez, insiste en que "no hay indicio de las causas del derrumbe" y pide dejar a los técnicos trabajar.
Los servicios de emergencia desalojaron a 30 personas que estaban en los pisos que no se vinieron abajo. Se les ha realojado en hoteles de la localidad hasta que sea seguro poder volver a sus casas o recuperar sus cosas.