Desafortunadamente, la muerte de ancianos a los que nadie echa de menos es algo común en España y muchas veces tardan días en ser descubiertos. En el caso sucedido el pasado domingo en A Grela (La Coruña), la policía encontró el cadáver de un hombre de avanzada edad gracias a la suspicacia de una niña de 11 años.
La niña vive en un edificio enfrente al que ocupaba el fallecido, en la calle Independencia del barrio de Monte Alto. Según informa La Voz de Galicia, la habitación de la pequeña da justo a las ventanas de la vivienda del señor, y sobre la una de la tarde del domingo alertó a su madre de que hacía días que el vecino no abría las persianas.
La niña explicó a su madre que el señor solía abrir las persianas todos los día e incluso tenía por costumbre saludarla. Pero ya hacía muchos días que no lo hacía. Entonces llamaron a la Policía Local, que fue primero a interrogar a madre e hija. Les preguntaron si conocían al señor, si sabían su nombre y si tenía familia. Pero en el barrio muy pocos le conocían, ya que vivía solo en un edificio sin más vecinos.
Sobre las cinco de la tarde, una patrulla de la Policía Local se desplazó hasta la vivienda de la persona en cuestión. Llamaron a la puerta, pero nadie respondía. Fueron los bomberos quienes tuvieron que acceder al edificio y una vez dentro facilitar la entrada de los servicios médicos. Allí encontraron el cadáver del hombre, del que solo pudieron certificar su muerte.
En un primer vistazo vieron que se trataba de un hombre mayor que llevaba unas tres semanas muerto. A falta de los resultados de la autopsia, la primera hipótesis es que falleció por causas naturales. Lo que queda claro es que, sin la genial intuición de la niña, seguramente su muerte hubiera pasado desapercibida durante mucho tiempo más.
Un fenómeno más común de lo que parece
Los casos de personas que mueren y a los que nadie echa de menos son más frecuentes de lo parece. En Galicia, sin ir más lejos, en 2019 se encontraron en un mismo día dos mujeres que llevaban tiempo muertas. Y el año pasado, una mujer de 32 años fue hallada sin vida después de más de 10 días.
En algunos casos pasa mucho tiempo desde que la persona muere hasta que se encuentra el cadáver. En febrero de este mismo año, en Galicia apareció en un piso el cadáver momificado de un hombre que llevaba meses muerto. Aunque el caso más llamativo es el de una mujer de Culleredo que llevaba cuatro años muerta.
El caso más reciente
El caso más reciente sucedió en España y dio la vuelta al mundo. Los vecinos de la calle Miquel Rosselló Alemany del barrio de Cala Major, en Palma de Mallorca, advirtieron a la policía que hacía meses que no veían a un inquilino. Los agentes entraron en la vivienda y encontraron el cuerpo de un hombre de 55 años tumbado en el sofá de casa y rodeado de botellas de cerveza.
El hombre llevaba más de cuatro años muerto, y al vivir en un barrio donde los vecinos viven con el ir y venir constante de turistas, su ausencia pasó desapercibida. Cuando se dieron cuenta llamaron a la policía, que se encontró con una escena impactante.
El hombre estaba tumbado en el sofá, tapado parcialmente con una manta. El paso del tiempo había convertido su cadáver en un esqueleto cubierto con la ropa que llevaba puesta en el momento de su muerte. La estancia estaba rodeada de un polvo denso y el sofá inundado de botellas de cerveza y paquetes de tabaco. No siempre hay una vecina tan atenta como la niña de 11 años para descubrir que algo no anda bien.