La peste bubónica ha acabado con la vida de una niña de 10 años. Este fallecimiento ha obligado a las autoridades sanitarias a activar la alerta en seis condados del estado de Colorado.
Después de recibir el correspondiente tratamiento médico, los profesionales no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Pereció el pasado 5 de julio, siendo el primer caso letal que se registra en la localidad desde 2015.
Las pruebas realizadas a la menor confirmaron que se trataba de esta infección. Eso les obligó a advertir a la población para que mantengan la precaución.
La peste bubónica es una infección bacteriana muy grave. La provoca la bacteria Yersinia pestis, que pueden transmitir animales como las ardillas o las ratas. Se propaga por medio de las pulgas.
Los antibióticos contra la enfermedad suelen resultar efectivos, explican desde el Departamento de Salud de Denver. Sin embargo, la administración de estos debe hacerse de manera inmediata. En las primeras 24 horas desde que se detectan los síntomas.
De lo contrario podría derivar en la muerte, como en el caso de esta niña de 10 años.
Los síntomas de la peste bubónica
Las personas contagiadas suelen presentar síntomas como la "aparición repentina de fiebre alta e inflamación de los ganglios linfáticos". Las autoridades sanitarias entienden que es necesario que la población conozca los síntomas de la peste bubónica.
"Se detecta sobre todo en las ardillas de roca, ratas de bosque y otras especies de roedores", aclaran.
Pero Colorado no fue el único lugar del mundo en que se registró un brote de peste bubónica en las últimas semanas. También se comunicó un presunto caso en la región autónoma de Mongolia Interior. Después de ser el epicentro de la pandemia de coronavirus, Asia vuelve a estar en alerta.
En este caso, se le notificó a la población la prohibición de cazar animales salvajes como las marmotas. También se recomendó a la gente que consultará con los médicos cualquier caso de fiebre alta o síntomas relacionados.
Incluso podrían darse situaciones de confusión ante los síntomas que presenta, muy parecidos a otras infecciones. Y es que la peste neumónica, derivada de la bubónica, muestra secuelas muy similares a los del COVID-19.
Aparece en forma de dolor de cabeza, muscular, problemas para respirar y tos. Lo que realmente resulta alarmante es el alto porcentaje de mortalidad. En el caso de no ser tratado correctamente puede llegar a ser fatal para el 90% de los contagiados.
Para tratar esta peste los expertos aconsejan utilizar antibióticos como ciprofloxacina, gentamicina, estreptomicina o doxiciclina. Cuando la situación se agrava, habrá que hacer uso de respiradores y oxígeno.
Al estar causada por una bacteria se puede tratar con antibióticos. Entre 2010 y 2015 hubo 3.248 casos en todo el mundo, provocando 584 fallecimientos.
Históricamente fue conocida como la peste negra, sobre todo porque causa gangrena en algunas partes del cuerpo. Entre ellas, los pies y las manos, que quedan totalmente ennegrecidas. Se cree que pudo llegar a provocar la muerte de un cuarto de la población en Europa en el siglo XIV.
La Organización Mundial de la Salud estima que una persona contagiada puede tardar entre 2 y 6 días en desarrollar la enfermedad. Además de los ganglios linfáticos inflamados, también aparecen escalofríos, fiebre y malestar general.
También puede dañar a los pulmones, con tos, dificultad para respirar y dolor en esa zona. La bacteria que la provoca entra en ocasiones en el torrente sanguíneo, originando una sepsis. Esto es lo que pude afectar a los órganos y finalmente causar el fallecimiento.
Los humanos pueden infectarse por medio de la picadura de pulgas infectadas o al tocar animales contagiados.