Un coche de la Guardia Civil y Tomás Gimeno

El motivo que podría llevar a certificar la muerte de Tomás Gimeno dentro de 2 años

Un cambio en el Código Civil recoge circunstancias parecidas a las de este caso

El caso de la desaparición de Tomás Gimeno y de su hija pequeña, Anna, parece que podría quedar cerrado en los próximos días. Ninguno de los dos cuerpos ha aparecido y el buque que los buscaba, el Ángeles Alvariño, ya ha cesado sus labores de rastreo. 

Los investigadores estaban valorando otras posibilidades, como contratar un submarino de propiedad privada que permita peinar la zona. Pero su excesivo coste y las pocas probabilidades de encontrar los cuerpos por lo escarpado del terreno lo hacen casi inviable. 

Ante esta situación, el caso podría quedar cerrado durante diez años, los necesarios hasta ahora para declarar la muerte de Tomás. En cambio, el abogado Marcos García Montes ha explicado que en este caso concreto se podría certificar la muerte mucho antes: dentro de dos años. 

Un cambio en el Código Civil lo permitiría

Según ha explicado en El programa del verano de Telecinco, la causa se debería a una modificación del Código Civil. Hasta ahora, cuando se creía que una persona había fallecido, pero no se encontraba su cuerpo, tenían que pasar diez años para declarar su muerte. 

Pero después de un cambio en el Código Civil, en el caso de Tomás Gimeno podría hacerse en solamente dos años. El motivo es porque se trataría de una muerte por causa violenta o en caso de naufragios o inmersiones en el mar. Ante la práctica imposibilidad de que su cuerpo vaya a aparecer, se le daría por muerto en dos años. 

Lo mismo ocurriría con su hija Anna, de quien tampoco ha aparecido el cuerpo. El problema es que este caso también es "complejo" por las circunstancias que se dan, tal como ha señalado el abogado. 

Ni ha aparecido el cuerpo de Tomás ni el de la niña, pero además también hay "sustracción de menores". Y hay un homicidio confirmado, el de Olivia, la hija mayor de Tomás. Según explica, si se quisiera reabrir el caso haría falta que aparecieran pruebas nuevas. 

Fin a la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno

El responsable del buque Ángeles Alvariño fue quien avisó al juzgado que lleva el caso que era casi imposible seguir buscando. Según el informe que escribió, la búsqueda es actualmente "completamente inabordable" por las características del terreno.

Cabe recordar que el buque estaba buscando varias millas mar adentro, en una zona con un terreno muy escarpado. Se trata de un terreno lleno de barrancos de incluso 100 o 200 metros de profundidad. Esto hace que el robot subacuático no pueda adentrarse en la zona ante el peligro de perderlo. 

Según concluyeron, el cuerpo de Tomás incluso podría estar en alguna zona que ya haya sido rastreada. El problema es que si ha quedado atrapado en alguno de esos agujeros, será casi imposible encontrarlo. 

Con Anna, el hecho de que su cuerpo se saliese de la bolsa en la que Tomás la metió dificultan todavía más la búsqueda. Si la bolsa se abrió durante la inmersión, a poca profundidad, el cuerpo habría quedado a merced de las corrientes.

La embarcación del Instituto Español de Oceanografía llevaba un mes buscando en la zona. Su participación fue clave para hallar el cuerpo de Olivia, un "milagro" según fuentes de la investigación. 

Su cuerpo fue hallado el 14 de junio, después de varios días de búsqueda y del hallazgo de varios objetos de Tomás. Estaba metido dentro de una bolsa de basura, que a su vez estaba dentro de una bolsa de deporte cerrada.

Tanto esta bolsa como la que supuestamente contenía el cuerpo de Anna fueron atadas y lastradas con el ancla. Pero en algún momento, las dos bolsas se separaron y una de ellas se abrió. La otra, afortunadamente, permaneció cerrada y fue encontrada más adelante por el robot acuático. 

Gracias a su hallazgo, Beatriz Zimmermann, la madre de las niñas, sabe la verdad sobre qué pasó con sus dos hijas. Hasta ese momento mantenía la esperanza de que siguieran con vida. Y seguramente si no se hubiese encontrado a Olivia, mantendría la esperanza el resto de su vida. 

Esto haría que Beatriz jamás hubiese podido descansar pensando que sus dos hijas estaban en alguna parte con su padre. Ahora, aunque sabe que están muertas, por lo menos puede despedirse de ellas y mirar hacia adelante.