Miguel Lumbres fue uno de los fallecidos. La tragedia de un barco pesquero gallego en aguas de Terranova, el Villa de Pitanxo, sigue conmocionando a la sociedad española. Un suceso que, hasta el momento, deja tres supervivientes, 9 muertos y 12 desaparecidos.
Las autoridades canadienses aseguraron que han alargado el rescate más allá del tiempo prudente y no hay indicios de que pueda haber nuevos supervivientes. Ese tiempo es el que fijan las tablas de supervivencia tras el naufragio del buque gallego en el Atlántico norte.
Javier Touza, presidente de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), a la que pertenece el buque hundido, se lamentaba en El País del cese de las labores de búsqueda de la docena de tripulantes desaparecidos.
“Es una malísima noticia, porque el apoyo logístico que nos estaban dando sus helicópteros, sus aviones, su flota, era muy importante en estas circunstancias. Alegan las dificultades de trabajar en estas condiciones de mal tiempo y mala visibilidad. Nuestros pesqueros siguen rastreando cualquier mínimo indicio, aunque no sé por cuánto tiempo, y quiero transmitir a las familias mi apoyo absoluto”, lamentaba.
Miguel Lumbres, el marinero fallecido tras reemplazar a otro marinero con covid
Un caso que conmueve a todos es el de Miguel Lumbres, un pescador que no tendría que haber estado a bordo del Villa de Pitanxo. La armadora lo avisó porque un miembro de la tripulación había dado positivo en covid y necesitaban a un marinero con urgencia.
Miguel no se lo pensó dos veces. Este tenía dos hijos estudiando, uno en la universidad y otro en el instituto de Cambados. Y sabía que los ingresos aumentarían sustancialmente yendo a esta campaña en Terranova.
Eso sí, sabía que este era un reto complicado porque conocía la peligrosidad de la pesca de altura. Es posible que por ello su mujer, Maribel, no quería que fuera. A la esposa de Miguel le contó el propio marinero horas antes del naufragio que la faena estaba resultando muy dura por el mal tiempo.
Así lo relataba este miércoles el primo de Miguel Lumbres en Cambados. Allí acudió al minuto de silencio convocado por el alcalde de la localidad en señal de duelo por el naufragio del Villa de Pitanxo.
La historia de Miguel Lumbres, el pescador que no debió subir al 'Villa de Pitanxo'
Miguel Lumbres nació en Perú y llegó a Cambados hace 14 años para buscarse la vida, igual que otros compatriotas del desaparecido.
Por aquella época, los barcos gallegos se quedaron sin mano de obra porque muchos marineros se dedicaron a la construcción, que les reportaba más ingresos. Así fue como la familia de Miguel Lumbre y otras más crearon una sólida comunidad en este concello gallego.
Miguel comenzó trabajando en el Dos Meros, y después se pasó al arrastre llevando a cabo varias campañas en Terranova, para volver al cabo de un tiempo. Pasado septiembre, el fallecido cambió el puerto de Tragove por el de Portonovo y entró en el 'Sin Querer Tres'. Recordemos que este barco naufragó en diciembre de 2018 y murieron cuatro vecinos de la localidad.
Antonio Sineiro, patrón del Dos Meros, lo recordaba como "un buen compañero y un buen trabajador". En el terreno más personal, su primo habla de él como un hombre "alegre y bromista", que tenía como objetivo reflotar la asociación Rigoberto. Esta agrupaba a la comunidad peruana en Cambados a los nacionalizados y otros 108 ciudadanos que provenían de dicho país.
Ayer, la mujer de Miguel no pudo soportar el dolor y requirió de atención médica tras conocer la trágica noticia de la muerte de su marido en aguas de Terranova.