Han pasado más de 20 días desde que Tomás Gimeno se llevó a sus dos hijas, Anna y Olivia, y las esperanzas de encontrarles cada vez son menores.
A pesar de ello, la Guardia Civil no ha cesado la búsqueda y sigue trabajando para tratar de dar con el paradero de las dos niñas de 1 y 6 años.
Pero los efectivos acaban de recibir un nuevo golpe que ha vuelto a poner en jaque la investigación sobre el caso.
Sin pruebas concluyentes
Tomás Gimeno estuvo en su domicilio de Tenerife junto a sus hijas justo antes de que los tres desaparecieran, razón por la cual esta vivienda se ha convertido en uno de los principales lugares para llevar a cabo las pesquisas.
Sin embargo, no han conseguido encontrar nada relevante allí. La Guardia Civil ha finalizado sin pruebas concluyentes el rastreo con perros de la casa y la finca del padre de las niñas.
Las autoridades habían llevado a dos canes para tratar de encontrar pistas sobre el paradero de Anna y de Olivia.
Así, los perros han tratado de encontrar restos biológicos como sangre, piel o saliva de las dos menores, sin éxito.
La casa de Tomás Gimeno se ha examinado hasta en cinco ocasiones por distintas unidades de la Guardia Civil, pero no se ha logrado hallar nada relevante para el caso.
Nuevos registros
Pese al gran mazazo que supone no haber encontrado ninguna pista que pueda ayudar a encontrar a las niñas, la Guardia Civil no cesará su trabajo.
Los dos perros que han trabajado en la búsqueda de restos biológicos en el interior de la vivienda de Tomás y en su finca también inspeccionarán el coche del padre de las pequeñas y la embarcación en la que fue visto por última vez.
Aunque las últimas imágenes que hay del progenitor de Anna y de Olivia son las que grabaron las cámaras del puerto de Tenerife, en aquellas grabaciones aparece él solo.
Por lo tanto, el rastreo de la vivienda es clave en la investigación porque este es, supuestamente, el último lugar donde Tomás estuvo con sus hijas una hora y media antes de que llegar a su barco y cargar varias bolsas de lona y enseres en su lancha.
Varias líneas de investigación
El padre de las niñas realizó varias incursiones en el mar la noche del 27 de abril, cuando desapreció junto a Anna y Olivia.
La Guardia Civil lo propuso para sanción en una de ellas por infringir el toque de queda que estaba establecido por la pandemia y que en aquel momento estaba fijo a las 23:00 horas, pero los agentes no observaron nada sospechoso en la inspección de la lancha.
Tomás Gimeno y las niñas desaparecieron el pasado 27 de abril, pero no fue hasta la mañana del 28 cuando Beatriz Zimmerman, la madre de las pequeñas, lo denunció.
La mujer acudió a la Guardia Civil tras descubrir que su exmarido estaba ilocalizable, que no había cumplido con la hora acordada para entregarle a sus hijas y por la amenaza que recibió la noche anterior sobre que no iba a volver a verles nunca más a ninguno de los tres.
La última pista que se tiene de Tomás son las imágenes que grabaron las cámaras del puerto, en las que se le vio embarcar hasta en dos ocasiones en su barco y adentrarse en el mar.
La embarcación del padre de las niñas fue encontrada horas más tarde, vacía y a la deriva, frente al Puertito de Güímar y en las inmediaciones fue hallada flotando en el mar una silla de retención infantil de una de las dos menores.
Aunque son muy pocas las pistas que hay sobre el paradero de las niñas, la Guardia Civil sigue trabajando en la búsqueda de Anna y de Olivia.
Son muchas las hipótesis que hay sobre el caso. Hasta hace unos días la principal línea de investigación era la idea del secuestro, pero durante las últimas horas ha cogido fuerza la idea de que Tomás podría haber matado a las niñas y posteriormente haber arrojado sus cuerpos al mar.