Martín Ezequiel

‘En el hotel tienes lo que te mereces’: La venganza de Martín en la habitación 704

No constan denuncias previas de malos tratos, pero él no aceptó la decisión de su mujer de separarse

Sigue la búsqueda del padre que el martes por la noche mató a su hijo de 2 años en un hotel de Barcelona. Los Mossos han difundido su imagen para pedir la colaboración ciudadana. Mientras, se van conociendo más detalles escabrosos de este nuevo caso de violencia vicaria en España. 

La víctima, un bebé de dos años y nueve meses, vivía con su madre en el barrio de Sants de la capital catalana. El padre, Martín, es un economista de 44 años nacido en Argentina y nacionalizado español. Hace pocos días que ella decidió romper la relación, y él se había mudado a El Vendrell (Tarragona).

Ese fue el detonante para que Martín decidiera vengarse de su mujer de la forma más cruel. El martes recogió a su hijo para dar un paseo, y lo llevó hasta la habitación 704 del Hotel Concordia, en el centro de Barcelona. Allí lo mató asfixiándolo con sus propias manos y huyó saltando un muro del edificio.

Antes, Martín quiso dejar algunos mensajes para su mujer y culminar así su macabra venganza. “En el hotel te dejo lo que te mereces”, le dijo antes de desaparecer. Desde entonces, el hombre está en busca y captura por el asesinato de su hijo.

La violencia vicaria es la violencia que ejerce un progenitor contra el otro mediante los hijos. Estas personas hacen daño a sus hijos para amenazar o vengarse. “Te arrepentirás” es otra de las frases que Martín dirigió a su mujer la noche en la que mató a su hijo con sus propias manos. 

Buscan a un hombre de 44 años

Martín Ezequiel Álvarez Giaccio tiene 44 años y en el momento de desaparecer llevaba una camiseta gris, unos tejanos y unas zapatillas. La policía lo busca en estaciones de tren y de autobús, en aeropuertos y en los domicilios de sus familiares, amigos y conocidos. 

Los mensajes del padre hacia la madre llevaron a esta a llamar a la policía. Unidades de la policía local y autonómica se desplazaron hasta el hotel, así como cuatro ambulancias con equipo pediátrico. Allí estaba el niño solo, inconsciente y con la cara morada, y aunque intentaron reanimarlo todo fue en vano.

La policía emprendió una persecución que a estas horas aún no ha concluido. Las cámaras de seguridad del hotel captaron al parricida saltando por un muro del hotel, después de abandonar con sigilo la habitación. Ahora interrogan a su entorno para recabar alguna pista que les acerque al asesino huido.

La última amenaza de Martín

Según informa La Vanguardia, no constan denuncias de malos tratos ni ningún episodio violento por parte del hombre. Sin embargo, su pareja tomó la decisión de separarse y él no lo aceptó. El martes, Martín le propuso a su ex llevarse al niño a dar un paseo y la madre aceptó. 

Pasadas unas horas, la mujer empezó a recibir inquietantes mensajes de su ex que decía que se iba a quitar la vida. El último mensaje fue el más alarmante: “En el hotel te dejo lo que te mereces”. Probablemente, en aquel momento su hijo ya estaba muerto.

Ella misma fue corriendo hasta el hotel, pero en la recepción le vetaron el paso. Sus ruegos surgieron efecto y el recepcionista llamó a emergencias, que movilizó a una patrulla de la Guardia Urbana. Primero llamaron a la puerta, y al comprobar que nadie respondía entraron con una llave maestra.

Encontraron al menor inmóvil debajo de la cama, y uno de los agentes empezó las tareas de reanimación mientras el otro pedía una ambulancia. Cuando llegó, el médico sólo pudo certificar la muerte.

Esa misma noche se procedió al levantamiento del cadáver y se abrió una investigación que sigue bajo secreto de sumario. Los agentes revisaron las cámaras de seguridad e iniciaron la búsqueda del parricida fugado. Mientras, un equipo médico atendía a la madre que lloraba desconsolada en la recepción del hotel.

El drama de la violencia vicaria en España

La violencia vicaria es un tipo de violencia de género en la cual uno de los progenitores utiliza a sus hijos para hacer daño o coaccionar a su pareja. Estas personas secuestran o matan a sus hijos para amenazar o causar dolor a la otra persona. En las últimas semanas ha habido un repunte preocupante.

El caso de Anna y Olivia visibilizó este tipo de violencia que muchas veces queda escondida tras otros casos de violencia de género. En Tenerife, Tomás Gimeno secuestró a sus hijas de 1 y 6 años, las mató y las hundió en el mar para vengarse de su exmujer. Lo hizo con la intención de causar el mayor daño posible. 

Poco después, Cristina Rivas, de 35 años, mató a su hija Yaiza, de 4, en Sant Joan Despí (Barcelona). Lo hizo para vengarse de su expareja, que se negaba a volver con ella. También aprovechó un permiso para suministrarle un sedante y asfixiarla con una bolsa en la cabeza.

Esta misma semana se ha conocido el feliz desenlace de otro caso de violencia vicaria. Se trata del secuestro de Kristian y Amantia, dos niños de 10 y 11 años. Su padre se los llevó desde Hamburgo (Alemania) hasta Tenerife, y finalmente fueron localizados en Portugal.