Ómicron logró lo que la mayoría de expertos esperaban, un contagio masivo que contribuyera a la inmunización de rebaño. Algo que ha provocado que el COVID-19 esté algo más estabilizado.
Sin embargo, todavía es pronto para lanzar las campanas al vuelo y afirmar que la pandemia está remitiendo. Cierto que muchos países han dejado las restricciones, pero podríamos volver a ellas más pronto de lo que nos pensamos.
El regreso de las medidas anti-covid
La incidencia acumulada en España ha bajado de manera considerable desde que el pasado mes de enero alcanzásemos el pico de la sexta ola. De 3418 casos positivos hemos llegado a los 459 casos por 100 000 habitantes.
Unas cifras que dan lugar a la esperanza y que justifican las decisiones del Gobierno de retirar ciertas restricciones. De hecho, hace una semana, el Congreso aprobó la retirada de las mascarillas en interiores con casi 200 votos a favor.
No obstante, no hay que olvidar que el virus continúa entre nosotros y que no es recomendable bajar la guardia. Esto es lo que opinan varios expertos en la materia como el virólogo alemán Christian Drosten.
"Las condiciones básicas han cambiado y, por supuesto, también hay razones por las que ahora se están relajando las medidas", explica. Pero esta sensación de mejora no es tan real como nos creemos, de ahí que Drosten lance una advertencia. "El virus no se ha vuelto absolutamente inofensivo".
El experto considera que hay que tener mucha cautela y pone como ejemplo a Reino Unido y Dinamarca. Dos países que tuvieron un repunte en las hospitalizaciones después de rebajar las medidas contra el coronavirus.
Para el virólogo, si esto ocurre de nuevo habrá que "hacer reajustes" para frenar los contagios y, sobre todo, proteger a los más vulnerables. "Las personas mayores, los mayores de 65 o 70 años, se están infectando cada vez más. Y ahí es donde se esconden las hospitalizaciones de la población", avisa.
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"No podemos esperar a que las vacunas nos protejan"
Con la llegada del buen tiempo, son muchos los virus que desaparecen de la circulación. Sin embargo, en el caso del coronavirus este ha demostrado que ha venido para quedarse. Drosten opina que, si bien en verano seremos testigos de una relajación de la pandemia, esta "no se detendrá por completo como el año pasado".
Es consciente de lo eficaz que resulta el uso de la mascarilla, sobre todo en interiores y como ayuda a "moderar" los contagios. De ahí que el virólogo alemán asegure que su obligatoriedad pueda regresar de cara al invierno.
Drosten está convencido de que una nueva variante llegará, pero desconoce por completo el grado de agresividad que pueda presentar. "No sabemos exactamente si será un sucesor de Ómicron o si será otro virus que proceda de una variante original más antigua", explica.
Lo que sí que tiene claro es que habrá que volver a las restricciones e incluso implantar "medidas más duras". Es más, lanza un pronóstico totalmente pesimista y afirma que "no podemos esperar que la vacunación nos proteja contra la transmisión, y mucho menos el próximo invierno".
En este sentido, el experto recomienda no bajar la guardia a pesar de que con el buen tiempo la pandemia experimente un cambio positivo. El escenario podría cambiar de cara al invierno, por lo que sería recomendable volver a implantar ciertas medidas como el uso de la mascarilla.
Quedan por delante unos cuantos meses para disfrutar de una tregua antes de que el pronóstico del virólogo alemán se cumpla. Será entonces cuando habrá que recalcular la situación y tomar nuevas decisiones.