A pesar de estar pasando por tiempos tan difíciles, todavía queda lugar para vivir momentos e historias con un final feliz. Precisamente, los protagonistas de esta son dos. Nacieron hace ya algunos años en febrero y también eligieron el segundo mes del año para dar un paso más en su relación. Son dos vecinos del norte, en Vigo, y han decidido casarse en el hospital en dónde él se encuentra hasta ahora ingresado como paciente oncológico.
María Luz y Pedro, de 60 y 54 años respectivamente, están restando las horas para cumplir una década de relación, y con motivo de ello y a modo de celebración, han querido que el escenario de su enlace matrimonial sea el centro hospitalario Povisa, en la ciudad natal de ambos.
El medio ‘NIUS’ ha tenido oportunidad de hablar con el ahora matrimonio. «Después de cinco años con la enfermedad, Pedro empeoró hace un par de semanas y decidimos que este era el momento», relata la joven horas después de casarse.
Tiene muy claro que quiere hacer a Pedro partícipe en todo momento, que también permanece al tanto de la entrevista, aunque al otro lado del teléfono: «lo que pensábamos que sería firmar un papel, ha sido un compendio de emociones», cuenta con llena de emoción y con la voz entrecortada.
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Muy ilusionada y con la emoción todavía en el cuerpo, los dos coinciden en que «el amor no entiende de lugares para casarse», y es que María Luz siempre lo tuvo claro: «Agradezco cada segundo de la vida que vivo desde hace mucho tiempo». Y por si fuera poco ahora lo tiene todavía más.
Un sueño cumplido
Esta celebración la tenían apuntada en su ‘lista de cosas que hacer’, pero siempre la fueron retrasando. Algo diferente y sin esperar que el enlace fuese así tras las circunstancias de la vida, han terminado desarrollándolo en el hospital para no retrasarlo más.
Instantáneamente, los dos enamorados trasladaron su intención a la enfermera oncohematológica que realiza diariamente el seguimiento de Pedro, y la maquinaria se puso en marcha.
Por otra parte, la oncóloga Lucía Santomé y la enfermera Alejandra Román fueron los testigos de la esperada ceremonia. Como no podía ser de otra forma y aprovechando los avances tecnológicos, el matrimonio fue oficiado vía telemática por una magistrada que ejerció su función por medio de videollamada.
Igualmente, el hospital también quiso aportar su granito de arena y adornó la ceremonia con unos globos y la parte dulce del convite, también con un ramo de flores como obsequio para la pareja.
La emoción se respiraba en el ambiente, los dos cortaron tarta, se intercambiaron los anillos y todo se convirtió en uno de los días más inolvidables para María Luz y Pedro. Minutos después llegó el beso.
Desde el Hospital Povisa cuentan que no solo los novios estaban muy emocionados, sino que también lo estaban el resto de trabajadores sanitarios que presenciaban el momento.
Con motivo de la actual pandemia del coronavirus, la cantidad de invitados estaba mucho más limitada, aunque en ningún momento estuvieron solos.
A la actual esposa, a María Luz, le hacía mucha ilusión que hubiese un fotógrafo para que captase los momentos más emotivos del enlace.
Finalmente, el encargado de inmortalizar uno de los momentos más bonitos y deseados de sus vidas, fue el personal de prensa del propio hospital el encargado capturar la instantánea. Pedro, muy emocionado y con lágrimas en los ojos: «siento no haberlo hecho antes, pero ha sido el momento y me lo llevo conmigo encima. Queda para nosotros, nos lo merecíamos». Una vez más, vemos como a pesar de todo, el amor puede con todo y así nos lo han demostrado María Luz y Pedro que han tenido una boda cuidada al máximo, y que han estado rodeados de quien mejor sabe cuidarlos.