La crisis sanitaria de la covid-19 se ha hecho notar en prácticamente todos los sectores, entre ellos, al que ha atizado bien fuerte ha sido al mundo de las bodas, que, según estudios, una gran parte de parejas, en torno a 16.000, se han visto obligadas a suspender sus celebraciones nupciales durante el confinamiento.
Tras el levantamiento del estado de alarma parece que este virus le había dado tregua a este sector, pero con la imposición de nuevas restricciones y estas más rígidas, han repercutido en muchos aspectos a todo lo que conlleva el desarrollo de una boda, desde sus preparativos hasta el viaje de novios.
En este sentido, muchas parejas han decidido reinventarse, es el ejemplo de Rosario y Fernando, una pareja que está ingresada en el hospital a causa del coronavirus y que ha optado por desarrollar su boda en el hospital Isabel Zendal entre los aplausos de los sanitarios.
Un momento que nos lleva a pensar que a pesar de los momentos difíciles que trae consigo este virus, la alegría, aunque en dosis muy pequeñas, también tiene cabida.
Rosario y Fernando, de 62 y 70 años, son el mejor ejemplo de cómo el amor le hizo frente a esta enfermedad aun en sus peores momentos. Una gran historia que quedará para el recuerdo de muchos, ya que ambos se han casado telemáticamente en el hospital Isabel Zendal.
Este matrimonio, son dos de los más de 4.000 ingresados por covid en la Comunidad de Madrid, precisamente una región en la que la tercera ola ha causado consecuencias devastadoras a su paso, cobrándose la vida de 800 personas desde el pasado 1 de enero. El hijo de Rosario los contagió a mediados del mes pasado y los síntomas que tuvieron estos padres se correspondían con fiebre alta de 39 grados y tos.
No tardaron mucho tiempo en ingresar en el centro hospitalario, primero estuvieron en La Paz y de allí los derivaron al Zendal, previa proposición. «Entramos y nos separaron. Fue muy duro porque no sabíamos qué podía pasar», relata Rosario contando que llevan ya 13 años juntos.
La incertidumbre se convertía en la principal protagonista en los días de la pareja, hasta un día en el que Rosario, desde su habitación, recibió un mensaje a su móvil. Era Fernando, que una vez estabilizado no se lo pensó dos veces y le pidió matrimonio a su chica. "Es la alegría más grande que he tenido nunca. Dije: «Claro que sí, ese es el sueño de toda mi vida, llegar a ser tu mujer'», cuenta ella emocionada.
De mí para ti
Momentos antes de que la pareja se vea, Rosario le dedica unas palabras muy bonitas: «Fernando es un hombre muy fuerte, es un luchador, un campeón y va a salir de esto», dice entre lágrimas. «Cuando vea a mi futuro esposo me va a dar tanta alegría y emoción que voy a llorar, pero de felicidad".
A este encuentro también acudieron otros invitados como sanitarios, distintas enfermeras que acompañaban a Rosario en todo momento, y en la otra parte del hospital le esperaba su chico, Fernando, dispuesto y con pajarita para una ocasión tan especial, y también acompañado porque este sí que necesita oxígeno.
Ella acude a su encuentro en silla de ruedas y el pasillo se convierte en toda una pasarela nupcial. Los sanitarios se vuelven protagonistas de un momento imborrable en la mente y no paran de aplaudir. Lágrimas, alegría, sonrisas, y entre medias, el «Sí, sí», que le dicen a un sacerdote que se encuentra al otro lado del móvil y se intercambian los correspondientes anillos.
«Ha sido uno de los momentos más especiales de nuestras vidas», confiesa Rosario.