La muerte en Mallorca de dos hermanas de nacionalidad alemana, de 23 y 25 años, ha conmocionado a la opinión pública. Las víctimas habían decidido darse un baño a pesar de las tormentas que estos días asolan España. La tragedia se repite dos años después de la muerte de dos primos húngaros en el mismo lugar.
Desafortunadamente, el caso de estas dos hermanas alemanas no es único. Subestimar las condiciones meteorológicas y los peligros de la naturaleza suelen llevar a desgracias en esa zona de España. Es lo que sucedió de forma trágica el 23 de octubre de 2019, en la playa de Cala Esmeralda de Santanyí.
Katalin Orosz y su primo Mihály llegaron a Mallorca el 22 de octubre de 2019, un día antes del accidente. Eran húngaros, ella tenía 30 años y él 18. La última foto que la chica subió a Instagram fue la de una cerveza que se había toma en el restaurante Diferent, en el pueblo mallorquín de Cala d'Or.
El 23 de octubre, poco antes de las ocho de la tarde, el centro de emergencias recibió un preocupante aviso. Una mujer había visto a una pareja cayendo al mar desde el mirador de Cala Esmeralda. "He visto como una ola tiraba al mar a dos personas", dijo visiblemente alterada.
Nunca encontraron el cuerpo de Katalin
Equipos de salvamento y policía buscaron a los dos jóvenes en la zona donde supuestamente habían caído. Se trataba de un barranco coronado por un mirador. El incidente se produjo a última hora de la tarde y las condiciones de visibilidad eran muy pobres, hecho por el cual las tareas de rescate se complicaron mucho.
Un helicóptero iluminado por potentes focos buscó durante toda la noche, y la búsqueda se reactivó al día siguiente. Tras varios días de intenso trabajo apareció el cadáver de Mihály. El de Katalin no apareció jamás y se la dio por muerta días después de que la engullera una ola gigante.
El cadáver encontrado llevaba la documentación de Mihály, y las pruebas de ADN confirmaron que se trataba de su cuerpo. La búsqueda de su prima se extendió hasta Felanitx, donde los rastreadores pensaba que la podía haber llevado la corriente. Pero días después suspendieron los trabajos.
La muerte de estos dos jóvenes que habían llegado a Mallorca con la mayor de las sonrisas produjo una gran conmoción. "Tenemos el corazón roto y una profunda tristeza", publicó el colegio del chico fallecido. Le recordaron como un brillante estudiante de matemáticas y un excelente atleta.
Las tragedias se suceden en el lugar
Un mes antes de la muerte de Katalin y Mihály, un hombre de unos 60 años había perdido la vida al caer de una altura de 15 metros. El fallecido era un turista holandés que se alojaba en un chalet de lujo encima de un acantilado. Murió cuando intentaba recuperar la pelota de uno de sus hijos que se había caído.
La barandilla en la que se apoyó cedió y se precipitó al vacío ante los gritos de desesperación de sus familiares. La víctima mortal se encontraba descansando junto a su familia cuando se produjeron los hechos. Su muerte también llamó la atención sobre las imprudencias que pueden salir muy caras.
Las condiciones meteorológicas adversas como las que estos días azotan España hacen aún más necesaria la prudencia. En abril de 2013, el argentino Alexis Mariano Luca, de 31 años, entró en una cueva sumergida a pesar del oleaje. Un golpe de mar llenó la cavidad y se lo llevó propulsado hacia el mar.
El temporal convirtió la Cala Serena (Felanitx) en una trampa mortal para Alexis. Meses antes, otro golpe de mar se llevó la vida de un niño en la cala de Manacor. El padre de la víctima, de nacionalidad británica, también desapareció al intentar rescatarlo. Poco después aparecieron muertos.
El día que padre e hijo murieron hacía mala mar, pero decidieron salir a tomar imágenes del paisaje. La playa estaba desierta y ondeaba la bandera roja de alerta. Pero no hicieron caso y el oleaje que rompía con fuerza contra las rojas se los llevó, primero al pequeño y después al adulto.
La desgracia se repite: dos hermanas fallecidas
En las últimas horas se ha conocido la muerte de dos hermanas alemanas de 23 y 25 años en Cala Mandia (Mallorca). Se trata de Hanna Sophie Arndt, de 23 años, y su hermana Vanessa, de 25. Eran naturales de Lemgo (Renania) y habían llegado a Mallorca hacía poco con unas amigas.
Las seis chicas se alojaban en una finca de la zona y la noche anterior decidieron darse un baño a pesar de que ondeaba la bandera roja por las malas condiciones. El resto del grupo pudieron salir por su propio pie, pero las dos hermanas fueron engullidas por el oleaje.
Los equipos de rescate consiguieron sacar sus cuerpos del agua. La menor había fallecido, y la mayor se encontraba en estado crítico. Finalmente se confirmó la muerte de la segunda hermana, que se encontraba hospitalizada en Son Espases. La tragedia se ha repetido una vez más, en el mismo lugar.