Ha vuelto a suceder. Apenas cuatro días después de la muerte de un matrimonio y su hijo por inhalación de monóxido de carbono en Catarroja (Valencia), hay que lamentar la muerte de otras dos personas en las mismas circunstancias. Se trata de José Luis Vilar, de 54 años, y su mujer Celedonia, de 57.
El matrimonio ha fallecido por intoxicación de monóxido de carbono (CO2) al haber dejado encendido un brasero de leña en su domicilio de Llucena (Castellón). Las autopsias han confirmado la causa de las muertes. Con esas ya son cinco las víctimas mortales por inhalación de monóxido de carbono en menos de una semana en España.
Este gas no tiene color ni olor, y por lo tanto es imposible de detectar. Cuando los glóbulos rojos de la sangre se mezclan con el CO2 en vez de con el oxígeno, se produce la muerte por anoxia, es decir, la falta de oxígeno en el cerebro. Se llama la “muerte dulce”, porque los afectados se duermen y no se enteran de que se están muriendo.
Muertos en la misma cama
Todo empezó cuando los familiares de José Luis se dieron cuenta de que la pareja no daba señales de vida desde hacía tres días. Una hermana y el cuñado del hombre acudieron ayer por la mañana a la masía del matrimonio en Llucena, en la provincia de Castellón. Él, José Luis Villas, tenía 54 años, y ella, Celedonia Landaci, 57.
Todas las alarmas saltaron el martes, el día que la hermana de José Luis cumplía años. No era normal que no hubiese llamado para felicitarla, y tampoco respondía a las llamadas. Temiendo lo peor, decidieron ir hacia la masía donde residían los dos y entraron con las llaves que la familia tenía de la casa.
Se trata de una masía ubicada en la zona de Mas Batlle, a las afueras de Llucena. Llamaron al timbre y, al ver que nadie contestaba, decidieron entrar. Fue entonces cuando hallaron los cuerpos de José Luis y Celedonia, los dos muertos en la cama del dormitorio principal.
Brasero de leña sin ventilación
En la habitación donde yacían muertos había un brasero de leña con restos quemados y sin ventilación. Los familiares de José Luis llamaron al 112 y efectivos de emergencias se desplazaron hasta el lugar. Los sanitarios del SAMU solo pudieron certificar su muerte, y agentes de la Guardia Civil abrieron una investigación.
La Policía Judicial de Vinaròs se ha hecho cargo de las diligencias y ha concluido que se trata de dos muertes por inhalación de monóxido de carbono. El origen estuvo en el brasero, ya que al apagarse la llama se produjo una concentración de humo por la mala combustión de la madera quemada. Esto liberó el gas mortal que mató al matrimonio.
La habitación donde estaba el brasero tenía las ventanas cerradas por el frío, y eso ayudó a una mayor concentración de CO2 en el aire. Un caso muy parecido al de Catarroja, donde tres personas de una misma familia murieron por la mala combustión de una caldera. El aparato se encontraba también en una habitación mal ventilada.
Un bombero forestal muy conocido
El fallecido, José Luis, era el dueño de la masía y una persona muy conocida en la localidad al ser bombero forestal. Trabajaba en una brigada de refuerzo para controlar los incendios en los meses de verano. Su muerte y la de su mujer han causado una gran consternación en el municipio castellonense de 1.500 habitantes.
El alcalde, David Monferrer, se ha pronunciado lamentando la terrible pérdida de este matrimonio, y ha decretado luto oficial en el municipio. A la muerte de José Luis y Celedonia se suman las del matrimonio Vasile (56 años) y Krisztina (45 años), y su hijo Oti (20 años) en Catarroja, la madrugada del sábado al domingo.
Estas cinco muertes en apenas cuatro días han disparado todas las alarmas sobre el peligro de la inhalación de monóxido de carbono. El riesgo aumenta en invierno, al estar las puertas y ventanas cerradas para evitar el frío. La mala ventilación aumenta la concentración de este gas mortal en caso de mala combustión de los aparatos.
Recomendaciones de emergencias
Emergencias ha lanzado un nuevo aviso para extremar las precauciones y evitar accidentes trágicos. Es recomendable revisar los aparatos eléctricos cada invierno y asegurarse de que tienen una correcta combustión. También hay que desconectarlos mientras dormimos, y sobre todo, mantener una ventilación adecuada del espacio.