Al límite, así es como se encuentran gran parte del personal sanitario cuando se les pregunta sobre cómo se encuentran en esos momentos en plena pandemia de la covid-19 de la que no parece tan fácil salir. Desbordados y desmotivados mientras intentan tomar el control de esta tercera ola del coronavirus en menos de un año.
Situación complicada en la que ni siquiera en un futuro cercano ven un ápice de mejora, ya que el panorama más usual se ha teñido con esos retrasos en la vacunación y la aparición de nuevas cepas de este virus que se suman a los estragos que han dejado a su paso unas navidades tildadas por ‘salvadas’ para muchos.
Algunas comunidades autónomas como la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Andalucía, esta tercera ola del coronavirus está incidiendo con mayor fuerza que si la comparamos con la primera, cuando la peor parte se vivió principalmente en la Comunidad de Madrid y Cataluña.
En estos momentos los hospitales y sus profesionales ya no saben de dónde sacar más camas, todo parece insuficiente y son los propios sanitarios los que además de temer por esta enfermedad, también lo hacen por la escasa atención que se les puede dar a los pacientes que necesitan de sus cuidados para otro tipo de necesidades.
«Me da pánico volver a hacer triaje de guerra»
«Tengo miedo a que se me mueran los pacientes», afirma Javier Ortega, cirujano general en el Hospital del Tajo en Aranjuez y delegado sindical de Amyts.
«Ahora mismo no podemos dar asistencia a las personas que no sean covid. Y eso es muy duro», afirma. «Los cirujanos operamos cánceres; y si no operas esos cánceres, la gente se muere. Si retrasas un tratamiento quirúrgico oncológico, la mortalidad es bestial», advierte.
«En marzo yo tenía pánico al virus. Tengo 56 años y tenía miedo a morirme, a transmitir la enfermedad a mi familia. Ahora ya lo he pasado, ya sé lo que es, ya estamos vacunados y tenemos mascarillas, pero la población no está protegida. El miedo que tengo es no poder asistir a la población ‘normal’ que tenga un tumor, una perforación o lo que sea”, comenta. “Me da miedo tener que volver a hacer triaje de guerra, a decir ‘este sí, este no’. He visto morir a gente de 40 años en cosa de una hora durante una guardia Covid en Urgencias. Y eso es deprimente».
Desde marzo, tanto en su hospital como en muchos otros se ha suspendido toda la actividad quirúrgica programada en los mismos, y toda o gran parte de la actividad y los equipos quirúrgicos correspondientes pasaron a planta Covid.
Esto mismo va a ocurrir «a partir de la semana que viene», explica Ortega. Una confirmación que contra todo pronóstico ya ha revelado su centro, «Volvemos al escenario de marzo».
Se repite la misma pesadilla, aunque con alguna diferencia. «Probablemente nos trasladen a hospitales ‘limpios’ -sin covid- para realizar cirugías programadas. Pero, además, se baraja la posibilidad de que nos trasladen como apoyo al Zendal. Y esto me pone los pelos de punta. Todo el mundo tiene en mente lo de los traslados forzosos».
De la misma forma, J. Ortega también se ha ocupado de criticar la forma en que se está tratando a los sanitarios por parte de los responsables de la gestión, resaltando aquí los traslados al Hospital Enfermera Isabel Zendal, en la Comunidad de Madrid.
«Conozco a anestesistas a los que quisieron mandar al Zendal y, como dijeron que no, los han echado a la calle. Cuando se abrió el Ifema, no se forzó a la gente a ir allí a trabajar. Con el Zendal, sí. Y la gente no trabaja así a gusto. El desánimo y la desmotivación son totales. No me extraña que haya críticas, que salgan fotos de baños sucios y comida de mala calidad», afirma Ortega.
Por su parte, considera que los traslados forzosos al hospital Isabel Zendal no son la mejor opción en esta situación.
Últimos 'avances'
Últimos datos del Ministerio de Sanidad, señalan que todas las comunidades y ciudades autónomas de España, excepto Canarias (al 15%) y Navarra (al 24%), superan el 25% de ocupación de UCI por covid, y se enmarcan así dentro del umbral de riesgo extremo.
En la misma línea, la Comunidad Valenciana, se sitúa a la cabeza en esta tercera ola, con más del 60% de sus camas UCI ocupadas por estos pacientes, mientras que Castilla-La Mancha, La Rioja, Melilla, Cataluña y Madrid superan el 50% de ocupación.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha señalado que el país ha alcanzado el pico de la tercera ola, pero esta afirmación no convence a muchos. «Creo que no está muy claro que estemos en el pico. Ni siquiera está claro que esté bajando la velocidad de crecimiento de contagios», sostiene Manuel Franco, epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
En cualquier caso, la mayoría de los sanitarios consultados, hacen referencia a que uno de los principales desencadenantes de esta situación actual ha sido la ‘salvada’ navidad, los encuentros navideños, y la expansión de la cepa británica, hasta un 70% más transmisible. A este descontrol también incluirían los ritmos de vacunación, inferiores a lo esperado en un primer momento.